Organización Social Cultura Muisca

Organización Social Cultura Muisca

Organización Social Cultura MuiscaLa base de la organización social muisca era el Clan o familia extensa, emparentadas por vínculos consanguíneos y caracterizado por la exogamia. Los hijos heredaban por línea materna, puesto que pertenecían a la comunidad de su madre. Aunque se permitía el matrimonio poligámico, en realidad solo lo practicaba la nobleza. La residencia era patriarcal.

Los individuos trabajaban en común las tierras de su jefe de clan, o del sacerdote o jeque. Varios clanes formaban una tribu y sus miembros trabajaban las sementeras del cacique u uzaque (Jefe de tribu), quien cobraba los tributos y entregaba parte de ellos al Zipa o al Zaque, jefes de estas confederaciones, conformadas por varias tribus.

Los jefes de confederación, los jefes de tribu y los sacerdotes formaban una clase superior, que se apropiaba de parte de los excedentes de producción agrícola y minera. Ello originó la diferenciación de grupos dentro de la sociedad y condujo a la formación de clases y al surgimiento de la propiedad privada y del estado. La apropiación de los excedentes de producción se efectuaba mediante el cobro de un tributo o impuesto, que debían pagarse en especie, y del trabajo, obligatorio también, en los cultivos de los jefes de tribu y de los sacerdotes. Este sistema impidió que se estableciera la esclavitud en la sociedad muisca.

LEGISLACIÓN CULTURA MUISCA
Los Muiscas se regían por un complejo sistema de sentencias o leyes muy estrictas, que sustentaron el orden moral, político y social llamado código de Nemequene, transmitido oralmente. El código castigaba el incesto y condenaba a muerte al homicida, aunque hubiera conseguido el perdón de los familiares del difunto. El hurto se castigaba con la pena de muerte al igual que el soborno. Si una mujer moría en el parto, el marido debía indemnizar a la familia de la esposa. Existía la pena de muerte para quien violara una mujer y para el que huía de la guerra. Además, se limitaba el lujo en la gente común.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA CULTURA MUISCA
A la llegada de los españoles en el territorio muisca existían 5 federaciones independientes, formadas por 25 tribus. Cada federación tenía su gobierno independiente, así como, una jurisdicción territorial sobre una serie de poblados que les pagaban tributo.

1. La confederación de Bacatá o Bogotá: Era la más extensa, a ella pertenecían unas 20 tribus las cuales gobernaba el zipa; comprendía gran parte del departamento de Cundinamarca.
2. La confederación de Hunza o Tunja: Abarca algunas zonas de clima frío al norte de Cundinamarca y gran parte de Boyacá. El Zaque la gobernaba.
3. La confederación de Tundama o Duitama, compuesta por pocas tribus
4. La confederación de Sogamoso o Iraca: de escasa extensión territorial. Allí residía el sacerdote más importante, dedicado a la adoración del sol.
5. La confederación de los indios Guanes: formada por un subgrupo de los muiscas ocupaba las ollas de los ríos Suarez y Chicamocha y la mesa de Lérida en Santander.

Así conformada, la cultura muisca era un estado en formación. Contaba con una clase gobernante principal, secundada por otra menor, que regia unidades administrativas más pequeñas (capitanías o parcialidades).

Social y económicamente, entre los Muiscas existieron seis clases o estamentos, así: los sacerdotes o jeques, la nobleza guerrera o los guechas y los pregoneros o aquellos funcionarios que hacían conocer la voluntad del cacique. También estaban 1os comerciantes, los artesanos y los agricultores, que se regían por un orden jurídico rígido. También sobresalieron los mineros en especial los que trabajaban en las minas de sal y esmeraldas y por último, los esclavos que, generalmente, eran prisioneros de guerra y a veces servían para los sacrificios religiosos.

ACTIVIDADES GUERRERAS CULTURA MUISCA
Las armas de guerra en las sociedades salvajes y bárbaras son generalmente los mismos instrumentos de cacería utilizado sin modificaciones o complementados con algunas innovaciones de adaptación. Primero en la guerra con los animales, contienda defensiva para preservar la vida y lucha ofensiva para sustentar la existencia humana. Las armas que el hombre inventa en esta lucha que sistematizada se le llama cacería, le sirven luego en combate con los demás hombres. Originariamente los inventos de cacería y guerra se enlazan sobre el fondo de sangre de su dramatismo.

Los muiscas utilizaban en sus guerras grandes macanas, lanzas y cachiporras de madera, y hondas para lanzar guijarros. Su arma principal era la tiradera o estólica que son ciertos dardillos de varilla liviana a manera de carrizos con puntas de macana.

Cuando en las actividades guerreras lograban cautivar niños pertenecientes a las tribus enemigas los destinaban para ser sacrificados al sol y los mantenían entre tanto en casas especiales donde recibían buen trato y comida esmerada. El sacrificio tenia lugar en las altas cumbres que miraban hacia el este. Los Jeques conducían ceremonialmente a la criatura y la colocaban en el suelo sobre una manta fina. Con cuchillas de caña degollaban al niño y recogían su sangre en totumas para untar con ellas las piedras donde caían los primeros rayos solares del amanecer. El cuerpo de la víctima recibía sepultura en una cueva o era dejado expuesto al sol tropical para que los rayos lo achicharraran devorándolo. Este sacrificio macabro tenia por objeto desenfadar al sol.

CIENCIA CULTURA MUISCA
Las ciencias estaban representadas por la astronomía, la meteorología y la confección de un calendario que servía de base para la agricultura, ya que los cultivos dependían directamente del comportamiento del sol (Zué) y de la Luna (Chía). Dividían el año solar en cuatro épocas, delimitadas por los períodos de invierno y verano, que a su vez se subdividían de acuerdo a los cambios lunares. Utilizaron el sistema basado en los dedos de las manos y de los pies para contar; al llegar al veinte, comenzaban otra veintena; el palmo y el pie fueron sus medidas de longitud.

RELIGIÓN CULTURA MUISCA
Los sacerdotes Muiscas eran los jeques y éstos, para desempeñar su oficio, se recluían por algún tiempo en una especie de “seminario”. Practicaban el ayuno y dedicaban toda su vida a la religión.

Los Muiscas, al contrario de otros grupos precolombinos, representaron en diferentes animales a sus principales divinidades y situaron al hombre como centro de la naturaleza. El hombre representó la fuerza, el poder, la sabiduría y la prudencia; la mujer, la vida, la fertilidad y la organización. Eran cultivadores y consumidores de coca, tabaco y yopo. Dicho consumo tenía connotaciones religiosas.

Los muiscas eran idólatras. Adoraban al Sol a quien llamaban Sue y a la Luna, Chía. Rendían también culto al agua, al arco iris. Su dios principal fue Chimininchagua, quien era el origen de todo y fue quien creó la luz, pues el mundo antes era oscuro. Muiscacum era el dios protector y si se le ofendía, se vengaba, Bachue, la madre de la humanidad y diosa de las legumbres, Chaquen, dios de los corredores y Bochica, héroe civilizador.

Celebraban sus fiestas con mucha solemnidad. Las procesiones eran muy concurridas. Los adoratorios más célebres fueron las lagunas de Guatavita, Siecha, Ubaque y Fúquene consideradas lugares sagrados. En Sogamoso se encontraba el templo del Sol, el principal de los indios muiscas.

Los muiscas por lo general rendían culto a los muertos y como creían en la inmortalidad del alma los enterraban con alimentos, joyas, vestidos, etc. La muerte era concebida como el comienzo de un viaje que los conduciría a un mundo parecido al de ellos y en donde la vida sería fácil y difícil, de acuerdo con el comportamiento que hubieran tenido en esta vida.

RITOS CULTURA MUISCA
Celebraban los ritos religiosos principalmente en las lagunas. Allí concurrían periódicamente en peregrinación a llevar sus ofrendas al Sol y a la Luna; poseían también adoratorios como los cojines del diablo en Tunja. El centro ceremonial del zipa estaba ubicado en la localidad de Chía (actual municipio de Cundinamarca), donde había un templo dedicado a la diosa Luna. La adoración al Sol se llevada a cabo en el centro ceremonial del zaque en la población de Sogamoso (actual municipio de Boyacá), y en la laguna de Guatavita tenía lugar el famoso baño en oro del zaque del Estado muisca, el cual dio paso a la famosa leyenda de El Dorado.

Esta ceremonia tenía ocurrencia con motivo de la posesión en el mando del cacique de Guatavita y era por lo tanto de celebración poco frecuente. En la laguna de Guatavita, el cacique de la región, para rendir culto a los dioses se cubría el cuerpo con oro en polvo y se bañaba en ella; los indios completaban la ceremonia, arrojando a sus aguas esmeraldas y figuras de oro.

La religión tenía también prácticas muy crueles; al Sol le ofrecían como sacrificio niños y mancebos que alimentaban con esmero. En Gachetá cada semana se sacrificaba un muchacho sobre una piedra como ofrenda a los ídolos.

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