El Racismo en el Perú
Los últimos acontecimientos violentos ocurridos en la ciudad de Ilave, capital de El Collao –Puno- han reavivado nuevamente las interpretaciones racistas sobre los hechos sociales-populares en nuestro país. Para muchos analistas, el asesinato del alcalde de Ilave es producto de una horda de indios borrachos, para otros tiene una relación con intereses de contrabandistas y narcotraficantes –lo mismo dicen de la huelga de campesinos cocaleros en Tingo María-, mientras que para otros es una lucha de los campesinos que fue infiltrada por agentes políticos extremistas y antisistema neoliberal. En cualquier caso, los campesinos son reducidos a simples seguidores o individuos manipulados por sustancias o agentes extraños a su realidad. Nuevamente el campesino indígena peruano es visto como un menor de edad político que no puede ni debe actuar libremente y por lo tanto debe ser protegido o reprimido.
EL RACISMO COLONIAL
Alberto Flores Galindo escribió “En el Perú nadie se definiría como racista. Sin embargo, las categorías raciales no sólo tiñen sino que a veces condicionan nuestra percepción social”(1988:259). Es decir, el racismo colonial es una realidad cotidiana que marcha mas allá de los discursos racistas y se internaliza en nuestra forma de ver y comprender una sociedad y los grupos que la integran, vale decir que las clases sociales no solamente son percibidas por su rol que cumplen en la producción sino que a ello, se agregan en forma conciente y/o inconciente la idea de raza en su mas simple significado: color de la piel y cultura tradicional. Estas condiciones generan intolerancia hacia la religión, pensamiento político, utilización del idioma y la vestimenta (Ramírez 2001 ; Lostaunau Moscol 1993). En el caso peruano se presenta como un enfrentamiento entre lo supuestamente “moderno” y lo tradicional; entre la xenofilia y la endofobia y por último, entre la dictadura neoliberal y la democracia popular.
La invasión y dominación española generó en el Perú el racismo colonial. Dividir la sociedad entre una República de Españoles y una República de Indios, significó partir a la sociedad por el origen de los hombres. Esta visión también se ejerció sobre los negros quienes llegaron como grupo social adscrito a los españoles y por lo tanto, en la sociedad colonial pasaron a formar parte del sector dominante pero, como un apéndice, es decir, sin poder, aunque contrarios a las masas indígenas. Son muchos los jóvenes investigadores que han empezado a indagar sobre la situación del negro en la colonia, destacando Jacqueline Guevara Blanco (2002) y Betzabeth Ortega Luján (2003). En ambos casos, la situación social del esclavo es analizada dentro de la sociedad total y en un proceso histórico en movimiento.
www.megatimes.com.br
www.klimanaturali.org
EL RACISMO COLONIAL
Alberto Flores Galindo escribió “En el Perú nadie se definiría como racista. Sin embargo, las categorías raciales no sólo tiñen sino que a veces condicionan nuestra percepción social”(1988:259). Es decir, el racismo colonial es una realidad cotidiana que marcha mas allá de los discursos racistas y se internaliza en nuestra forma de ver y comprender una sociedad y los grupos que la integran, vale decir que las clases sociales no solamente son percibidas por su rol que cumplen en la producción sino que a ello, se agregan en forma conciente y/o inconciente la idea de raza en su mas simple significado: color de la piel y cultura tradicional. Estas condiciones generan intolerancia hacia la religión, pensamiento político, utilización del idioma y la vestimenta (Ramírez 2001 ; Lostaunau Moscol 1993). En el caso peruano se presenta como un enfrentamiento entre lo supuestamente “moderno” y lo tradicional; entre la xenofilia y la endofobia y por último, entre la dictadura neoliberal y la democracia popular.
La invasión y dominación española generó en el Perú el racismo colonial. Dividir la sociedad entre una República de Españoles y una República de Indios, significó partir a la sociedad por el origen de los hombres. Esta visión también se ejerció sobre los negros quienes llegaron como grupo social adscrito a los españoles y por lo tanto, en la sociedad colonial pasaron a formar parte del sector dominante pero, como un apéndice, es decir, sin poder, aunque contrarios a las masas indígenas. Son muchos los jóvenes investigadores que han empezado a indagar sobre la situación del negro en la colonia, destacando Jacqueline Guevara Blanco (2002) y Betzabeth Ortega Luján (2003). En ambos casos, la situación social del esclavo es analizada dentro de la sociedad total y en un proceso histórico en movimiento.
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