La Guerra de Kosovo
Actualmente Kosovo es una provincia autónoma de Serbia, cuya administración fue confiada a la Misión de Naciones Unidas en Kosovo, luego de la Guerra de Kosovo. Su territorio comprende una superficie de 10.887 km². Limita al noroeste con Montenegro, al noreste con Serbia, al sur con Macedonia, y al suroeste con Albania.
Los serbios lograron su independencia del Imperio Bizantino en el año 1170. En el año 1389, los turcos otomanos, vencieron a los serbios en Kosovo, y los dominaron, hasta que lograron independizarse en el año 1912, recobrando el control sobre Kosovo. El lugar donde perdieron su independencia frente a los turcos fue Kosovo, y por eso para los serbios el territorio les corresponde históricamente.
Los serbios son cristianos ortodoxos no católicos. Los albaneses son descendientes de los ilirios, pueblo indoeuropeo, derrotado por los romanos, que podrían ser el antecedente de la lengua albanesa. Se convirtieron al Islam, influidos por los turcos.
A su vez, Yugoslavia, comprendía a partir de 1918, las repúblicas de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia. El mariscal Josip Broz Tito, impuso un régimen comunista férreo que impidió la manifestación de movimientos nacionalistas. Kosovo, contaba con mayoría de población albanesa, pero de a poco los serbios comenzaron a residir en la región, lo que no impidió la existencia de un sentimiento nacional fuerte. Lograron algunas reivindicaciones en 1974, con un nuevo estatuto que les concedía más autonomía supervisados por el Partido Comunista.
En 1980, muerto Tito crecieron las demandas separatistas de los albaneses, para integrar ellos una república, la séptima del estado federal yugoslavo, ante la creciente oposición de los serbios.
Los serbios denunciaron la creciente violencia que debían soportar por parte de la mayoría albanesa de Kosovo, lo que fue recepcionado por Slobodan Milosevic, que aprovechó este conflicto para acceder al poder. Retiró a Kosovo la escasa autonomía de la que gozaba, y apoyó los reclamos serbios, hostigando a los albaneses.
Los albaneses fueron proscriptos de los medios de comunicación, y se expulsaron profesores y estudiantes de la Universidad de Pristina.
La población de Kosovo, sumida en una crisis económica, en su mayoría albanesa, declaró su independencia en el año 1990, pero sólo fue reconocida por Albania. Tanto serbios como albaneses consideran a Kosovo como territorio propio.
El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) inició la lucha armada luego de comprobar que la resistencia pacífica mediante el boicot era insuficiente, e intentó su reconocimiento enfrentándose a las fuerzas yugoslavas, que mató a muchos civiles albaneses o los expulsó de la provincia.
En marzo de 1998, fuentes periodísticas, haciéndose eco de una denuncia de la Liga Democrática de Kosovo, daban cuenta del sitio impuesto por los serbios a diez pueblos, entre los cuales se hallaban Lausa y Voknik, y de enfrentamientos en que perdieron la vida cientos de personas entre los cuales muchos eran mujeres y niños.
El cruel ataque a la población de Racak, con la muerte de 45 civiles, por las fuerzas conjuntas serbias y yugoslavas, implicó que Milosevic y sus altos oficiales debieran responder como criminales de guerra. La sentencia no alcanzó a ser oída por Milosevic, que falleció el 11 de marzo de 2006.
El 30 de enero de 1999, la OTAN intimó a llegar a un acuerdo de paz, amenazando con iniciar bombardeos aéreos. El acuerdo no fue firmado por Serbia, que se oponía a la intervención de la OTAN en territorio yugoslavo.
La OTAN, sin la aprobación de la ONU, inició un ataque contra Yugoslavia, en defensa de los albaneses, que se desarrolló entre el 24 de marzo y el 10 de junio de 1999, con la principal colaboración de Estados Unidos y Grecia. Se realizaron 38.000 misiones bélicas, aunque no fue demasiado fácil dominar la situación.
Los militares y civiles serbios residentes en Kosovo fueron atacados por los albaneses, mientras que estos últimos sufrían en Serbia una brutal persecución, que los obligó a escapar a territorios vecinos, en calidad de refugiados, en condiciones inhumanas.
El conflicto terminó, a instancias de la ONU, con la firma del acuerdo Kumanovo, por el cual quedó bajo la administración de la ONU, como ya hemos hecho referencia, y el retorno de los refugiados.
El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) comenzó entonces a expulsar a los serbios. Otros rebeldes que también denominaron a su grupo armado Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) se sublevaron en Macedonia, donde el 30% de la población es albanesa, para reivindicar más derechos.
El 4 de febrero de 2003, finalizó su existencia la Yugoslavia Federal. Los gobiernos de Serbia y Montenegro tienen control total sobre sus asuntos internos, siendo de hecho, independientes.
Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, que se desempeñó entre 1997 y 2006, realizó un informe sobre el estado actual de la cuestión, en virtud del cual, la ONU, en octubre de 2005, por intermedio de su Consejo de Seguridad, organismo cuya misión es mantener la paz y seguridad entre las naciones, con potestad para tomar decisiones, inició tratativas para establecer un rango definitivo para ese territorio, enviando a Martti Ahtisaari quien en enero de 2007, elevó una propuesta, que no le otorga independencia pero sí mayor autonomía.
Los serbios lograron su independencia del Imperio Bizantino en el año 1170. En el año 1389, los turcos otomanos, vencieron a los serbios en Kosovo, y los dominaron, hasta que lograron independizarse en el año 1912, recobrando el control sobre Kosovo. El lugar donde perdieron su independencia frente a los turcos fue Kosovo, y por eso para los serbios el territorio les corresponde históricamente.
Los serbios son cristianos ortodoxos no católicos. Los albaneses son descendientes de los ilirios, pueblo indoeuropeo, derrotado por los romanos, que podrían ser el antecedente de la lengua albanesa. Se convirtieron al Islam, influidos por los turcos.
A su vez, Yugoslavia, comprendía a partir de 1918, las repúblicas de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia. El mariscal Josip Broz Tito, impuso un régimen comunista férreo que impidió la manifestación de movimientos nacionalistas. Kosovo, contaba con mayoría de población albanesa, pero de a poco los serbios comenzaron a residir en la región, lo que no impidió la existencia de un sentimiento nacional fuerte. Lograron algunas reivindicaciones en 1974, con un nuevo estatuto que les concedía más autonomía supervisados por el Partido Comunista.
En 1980, muerto Tito crecieron las demandas separatistas de los albaneses, para integrar ellos una república, la séptima del estado federal yugoslavo, ante la creciente oposición de los serbios.
Los serbios denunciaron la creciente violencia que debían soportar por parte de la mayoría albanesa de Kosovo, lo que fue recepcionado por Slobodan Milosevic, que aprovechó este conflicto para acceder al poder. Retiró a Kosovo la escasa autonomía de la que gozaba, y apoyó los reclamos serbios, hostigando a los albaneses.
Los albaneses fueron proscriptos de los medios de comunicación, y se expulsaron profesores y estudiantes de la Universidad de Pristina.
La población de Kosovo, sumida en una crisis económica, en su mayoría albanesa, declaró su independencia en el año 1990, pero sólo fue reconocida por Albania. Tanto serbios como albaneses consideran a Kosovo como territorio propio.
El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) inició la lucha armada luego de comprobar que la resistencia pacífica mediante el boicot era insuficiente, e intentó su reconocimiento enfrentándose a las fuerzas yugoslavas, que mató a muchos civiles albaneses o los expulsó de la provincia.
En marzo de 1998, fuentes periodísticas, haciéndose eco de una denuncia de la Liga Democrática de Kosovo, daban cuenta del sitio impuesto por los serbios a diez pueblos, entre los cuales se hallaban Lausa y Voknik, y de enfrentamientos en que perdieron la vida cientos de personas entre los cuales muchos eran mujeres y niños.
El cruel ataque a la población de Racak, con la muerte de 45 civiles, por las fuerzas conjuntas serbias y yugoslavas, implicó que Milosevic y sus altos oficiales debieran responder como criminales de guerra. La sentencia no alcanzó a ser oída por Milosevic, que falleció el 11 de marzo de 2006.
El 30 de enero de 1999, la OTAN intimó a llegar a un acuerdo de paz, amenazando con iniciar bombardeos aéreos. El acuerdo no fue firmado por Serbia, que se oponía a la intervención de la OTAN en territorio yugoslavo.
La OTAN, sin la aprobación de la ONU, inició un ataque contra Yugoslavia, en defensa de los albaneses, que se desarrolló entre el 24 de marzo y el 10 de junio de 1999, con la principal colaboración de Estados Unidos y Grecia. Se realizaron 38.000 misiones bélicas, aunque no fue demasiado fácil dominar la situación.
Los militares y civiles serbios residentes en Kosovo fueron atacados por los albaneses, mientras que estos últimos sufrían en Serbia una brutal persecución, que los obligó a escapar a territorios vecinos, en calidad de refugiados, en condiciones inhumanas.
El conflicto terminó, a instancias de la ONU, con la firma del acuerdo Kumanovo, por el cual quedó bajo la administración de la ONU, como ya hemos hecho referencia, y el retorno de los refugiados.
El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) comenzó entonces a expulsar a los serbios. Otros rebeldes que también denominaron a su grupo armado Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) se sublevaron en Macedonia, donde el 30% de la población es albanesa, para reivindicar más derechos.
El 4 de febrero de 2003, finalizó su existencia la Yugoslavia Federal. Los gobiernos de Serbia y Montenegro tienen control total sobre sus asuntos internos, siendo de hecho, independientes.
Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, que se desempeñó entre 1997 y 2006, realizó un informe sobre el estado actual de la cuestión, en virtud del cual, la ONU, en octubre de 2005, por intermedio de su Consejo de Seguridad, organismo cuya misión es mantener la paz y seguridad entre las naciones, con potestad para tomar decisiones, inició tratativas para establecer un rango definitivo para ese territorio, enviando a Martti Ahtisaari quien en enero de 2007, elevó una propuesta, que no le otorga independencia pero sí mayor autonomía.