DESIERTO DE LA TATACOA – COLOMBIA

El Desierto de la Tatacoa, la segunda zona árida más extensa de Colombia después de la península de la Guajira, es uno de los escenarios naturales más atractivos de Colombia que ocupa 330 kilómetros cuadrados de tierra de color ocre y gris con pincelazos del verde de los cactus.

Hacia el norte del Huila y muy cerca a Neiva ,se extiende aquel llamado valle de las tristezas, un desierto de 330 km2 de tierras rojizas y grises, de escasa vegetación y adomado con innumerables apariencias y especies de cactos. Sus formaciones erosivas guardan el más grande cementerio paleontológico de nuestro país.

Con nombre de serpiente y tan sereno como el aire, este es un destino que lo deslumbrará con su exótica belleza.

Vlllavieja. Luego de recorrer los primeros 9 km saliendo de Neiva hacia el norte, encontrará a Fortalecillas, un pequeño poblado donde se degustan unas deliciosas achiras. Más adelante llegará a Villavieja, "capital paleontológica de Colombia". No deje de visitar su Museo Paleontológico, la capilla de Santa Bárbara, que es monumento nacional, y algunas casas coloniales como La Casona, sitio que alojó al Libertador Simón Bolívar y que funciona actualmente como hotel. Allí puede pasar la noche, o si lo prefiere, seguir el camino hacia el desierto.

Observatorio Astronómico. Villavieja es la puerta de entrada al desierto de La Tatacoa que se recomienda recorrer en carro. De allí parte la carretera destapada para llegar primero al Observatorio Astronómico y su domo geodésico que guarda un potente telescopio utilizado para estudios científicos. Continuo a esta estructura, sobre una terraza, los visitantes cuentan con otro tipo de telescopio para observar muy de cerca los astros, mientras reciben la explicación del cielo abierto. En la primera planta hay un salón de charlas y conferencias, y cerca de este lugar una zona para instalar la carpa.

Cuzco o laberintos. Ubicado al frente del observatorio, se trata de un valle con formas erosivas que con los años ha dejado ver la estratificación del sitio. Su suelo es muy rico en hierro, de allí que su color sea rojizo, dando la sensación de caminar sobre otro planeta. Aproximadamente el recorrido tarda de 30 a 40 minutos, donde se pueden observar muchas especies de cactos, en especial el 'cabeza de negro', que produce un fruto rojo que es comestible.

La Venta. Después de Laberintos, el siguiente destino es La Venta, el cementerio paleontológico del Valle de las Tristezas. Allí se han encontrado la mayoría de los fósiles de animales que existieron millones de años atrás. El color de su suelo comienza a ser la degradación entre el rojo del Cuzco y el gris de Los Hoyos. Aparentemente el desierto parece sin vida animal, pero esté atento porque puede encontrarse con búhos, zorros, liebres de monte, armadillos y varias aves como el chilacó o la mirla.

Los Hoyos. De un color grisáceo, de apariencia desoladora pero mágica y de texturas caprichosas, estas formas de tierra le han dado pie para que reciba otros nombres: el Valle de Los Fantasmas, la Sala de Los Gobernadores o Los Altares.

Valle del Cardón. Caracterizado por tener la mayor cantidad de cactos que reciben este nombre, y que parecieran tender largos brazos a lado y lado con punzantes espinas. En sus límites se encuentra el río Cabrera, que divide los departamentos del Huila y Tolima.

Guía de Rutas por Colombia

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