El Templo de Diana en Éfeso | Grecia
Donde hoy se levanta la aldea turca de Aia Soluk, practicábase antaño el culto de Diana, diosa de la fecundidad.El templo de Éfeso que le estaba consagrado fue destruido y reconstruido varias veces, siempre con magnificencia. Se hablaba en toda Asia de los tesoros que atestaban sus galerías subterráneas, como también de su belleza arquitectónica debida al genio de Quersifión y Metagenes, y de las esculturas que lo adornaban y cuyos autores eran Escopas y Praxíteles. Esta maravilla no impresionaba por sus dimensiones como la pirámide de Keops, pero la armonía de sus proporciones hacía de ella una auténtica joya del arte griego.
En el año 356 antes de Jesucristo, durante una calurosa noche de verano, un mendigo demente llamado Eróstrato, incendió el edificio.La ciudad entera dormía, y no fue posible impedir que las llamas destruyeran a este monumento incomparable, ni salvar las incalculables riquezas allí acumuladas. Unos años más tarde, el templo resurgió nuevamente, en base al mismo plano. Ciento veintisiete columnas jónicas de 18 metros de alto rodeaban la celda donde se alzaba la estatua de la diosa y, entre ellas, 36 ricamente esculpidas en la base fueron donadas por Creso, rey de Lidia Estaban coronadas por un amplio frontón triangular, también esculpido. En el interior, los frescos de Apeles llenaban de asombro a los visitantes por la belleza y habilidad del dibujo. Terminado en el año 323 antes de Jesucristo el nuevo templo, fue semidestruído por las liordas odas entre los aos 260 y 268 de nuestra era.Más tarde, los portadores de Aia Soluk, incapaces de captar su belleza, utilizaron las piedras para construir sus viviendas.
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En el año 356 antes de Jesucristo, durante una calurosa noche de verano, un mendigo demente llamado Eróstrato, incendió el edificio.La ciudad entera dormía, y no fue posible impedir que las llamas destruyeran a este monumento incomparable, ni salvar las incalculables riquezas allí acumuladas. Unos años más tarde, el templo resurgió nuevamente, en base al mismo plano. Ciento veintisiete columnas jónicas de 18 metros de alto rodeaban la celda donde se alzaba la estatua de la diosa y, entre ellas, 36 ricamente esculpidas en la base fueron donadas por Creso, rey de Lidia Estaban coronadas por un amplio frontón triangular, también esculpido. En el interior, los frescos de Apeles llenaban de asombro a los visitantes por la belleza y habilidad del dibujo. Terminado en el año 323 antes de Jesucristo el nuevo templo, fue semidestruído por las liordas odas entre los aos 260 y 268 de nuestra era.Más tarde, los portadores de Aia Soluk, incapaces de captar su belleza, utilizaron las piedras para construir sus viviendas.
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