Nombre oficial: Dawlat Qatar.
Capital: Doha (Ad-Dawhah) 650.700 hab. (2011). Otras ciudades: Al-Rayyan 208.000 hab.; Al-Wakrah 28.900 hab.; Umm Salal 22.100 (2011).
Gobierno: Monarquía hereditaria. jeque Hamad ibn Khalifah al-Thani, emir desde junio de 1995; jeque Abdullah ibn Khalifa al-Thani, primer ministro desde octubre de 1996. Hay un Consejo Consultivo de 45 miembros, 30 elegidos por sufragio universal con un mandato de cuatro años y el resto nombrados por el emir. La Ley islámica es la base de la legislación en el Estado.
Fiesta nacional: 3 de setiembre, Día de la Independencia (1971).
Fuerzas armadas: 12.400 efectivos (2002).
Población: 857.492 personas
Superficie terrestre: 11.000 Km2
Capital: Doha (Ad-Dawhah)
Moneda: Riyal de Qatar
Idioma: Árabe
Pueblo: la población autóctona, de origen árabe, es minoritaria en relación al total, representa el 20%. Los árabes como grupo étnico, sin embargo, son mayoría gracias a la inmigración: 25% del total son palestinos, egipcios y yemenitas. El 55% restante está formado por inmigrantes pakistaníes, iraníes e indios orientales y otros.
Religión: islámica (oficial y predominante). La mayoría es sunnita; los inmigrantes iraníes son predominantemente chiítas. Hay también minorías cristianas e hinduístas.
Idiomas: árabe (oficial y predominante). Los inmigrantes pakistaníes hablan urdu y los iraníes farsi. El inglés es usado como lengua comercial.
Principales partidos políticos: no hay partidos políticos organizados.
El territorio lo constituye la península de Qatar, en la costa oriental de la Península Arábiga, sobre el Golfo. De clima seco desértico, su relieve es llano. Sólo en la franja costera es posible cierta explotación agrícola. El principal recurso del país son sus fabulosos yacimientos de hidrocarburos, sobre su costa occidental.
Historia
Al igual que la vecina isla de Bahrain, la península de Qatar participó desde la antigüedad en el activo comercio del golfo entre Mesopotamia y la India. Islamizada en el siglo VII d.C. (ver historia de Arabia Saudita), en la época del califato de Bagdad Qatar ya había obtenido su autonomía, que mantuvo hasta 1076, cuando fue conquistada por el emir de Bahrain. A partir del siglo XVI, tras una breve ocupación portuguesa, el país vivió una etapa de gran prosperidad debida al desarrollo de la pesca de perlas, que atrajo a varias tribus procedentes de Arabia. Instaladas en las costas, bajo la jefatura de la familia Al-Thani, éstas consiguieron unificar políticamente el país en el siglo XVIII, aunque como tributario de Bahrain. El proceso de independencia, iniciado en 1851 por el shaij (jeque) Mohamed y su hijo Jassim, culminó en 1868 con la mediación inglesa, que obtuvo de los Al-Thani la renuncia a la guerra a cambio de garantizar su integridad territorial.
Los sultanes turcos –soberanos nominales de la península árabe desde el siglo XVI–, temiendo la penetración británica, nombraron al shaij reinante (Jassim Al-Thani) gobernador de la «provincia» de Qatar y, con ese pretexto, instalaron una pequeña guarnición militar en Dawhah (Doha). Ni Qatar ni Inglaterra se preocuparon mucho con esa formal afirmación de soberanía: la guarnición se mantuvo hasta la Primera Guerra Mundial, sin afectar la influencia británica en la región.
En 1930 el precio internacional de las perlas descendió, cuando los japoneses inundaron el mercado mundial con las de cultivo, mucho más baratas. Esto obligó al gobierno del shaij Abdullah a vender los derechos de prospección y explotación de petróleo en todo el país y sus aguas territoriales, durante 75 años, por 400 mil libras. La Anglo-Iranian Oil Co. encontró petróleo en 1939, pero la producción recién comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, atrayendo a otras compañías que compraron partes de la concesión original. El jeque Ahmad ibn Alí al-Thani logró para su cuenta personal, por concepto de rentas petroleras y aduaneras, unos 15 millones de libras.
Al poco tiempo Ahmad fue derrocado por su propia familia, que impuso como nuevo monarca a su primo Khalifa, encomendándole «remover los elementos que se oponen al progreso y la modernización».
El jeque Khalifa creó un Consejo de Ministros y un Consejo Asesor para compartir la responsabilidad de su poder absoluto y prometió justicia social y estabilidad. Redistribuyendo la renta petrolera, suprimió los impuestos y estableció la gratuidad de la atención médica y la enseñanza. Su mayor logro fue la subvención y promoción de actividades productivas no petroleras, expresadas simbólicamente en una primera exportación de tomates al iniciar su mandato.
Para reducir la dependencia de un solo producto, se impulsó además la pesca, se aceleró la industrialización y se aprovechó la posición estratégica para brindar servicios comerciales y financieros a la región. Además, gran parte de los excedentes financieros se invirtieron en Europa y EE.UU. En 1980 se estimaba que los ingresos provenientes de esta «exportación de capital» igualarían a los obtenidos del crudo. Se buscaba con ello asegurar el futuro de Qatar cuando el petróleo se agotara.
En 1972 se creó una empresa petrolera estatal, la Qatar Petroleum Producing Authority (QPPA) y en febrero de 1977 se completó la expropiación de las instalaciones petroleras extranjeras.
La expansión económica requirió una intensa inmigración de técnicos y trabajadores extranjeros (europeos y estadounidenses los primeros; iraníes, pakistaníes, indios orientales y palestinos los segundos). Se estima que alrededor de 60% de la población activa total es extranjera. Para evitar una transformación profunda de la cultura local, el gobierno promovió con preferencia la inmigración desde países árabes.
Desde 1981, junto con Bahrain, Kuwait, Omán, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, Qatar forma parte del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que coordina las actividades del área en materia política, económica, social, cultural y militar.
En 1982, siguiendo los lineamientos de la OPEP, el país redujo su producción petrolera en un 25%, con lo que disminuyeron las exportaciones y se frenó la expansión industrial. No obstante, Qatar poseía una fábrica de acero en el centro industrial de Umm Said, que a comienzos de la década producía más de 450 mil toneladas por año, así como una planta procesadora de gas líquido. El gobierno también decidió continuar con un proyecto –de 6 mil millones de dólares de inversión– para la obtención de gas con fines energéticos y de desalinización.
En abril de 1986 estalló un conflicto entre Bahrain y Qatar por la isla artificial de Fasht ad-Dibal. El CCG debió mediar para su solución. Decenas de militares franceses fueron reclutados y bajo el uniforme de Qatar participan desde entonces de la defensa del emirato. En noviembre de 1987 el gobierno restableció las relaciones diplomáticas con Egipto, que se habían roto cuando ese país firmara los Acuerdos de Camp David con Israel.
En marzo de 1991, tras la invasión iraquí a Kuwait, el CCG suspendió la ayuda a Jordania y a la OLP. Ese mes, Egipto, Siria y los seis estados árabes miembros del CCG firmaron en Arabia Saudita un acuerdo con Estados Unidos que proyectaba una estrategia militar común, mecanismos para evitar la proliferación de armas, la aceptación de un territorio de paz por parte de Israel, y un nuevo programa económico de desarrollo para la región.
En setiembre de 1991 Qatar inauguró el yacimiento de gas natural offshore de North Field. Se convirtió así en gran productor de esa fuente de energía, con unas reservas estimadas en 10 billones de metros cúbicos (5% del total mundial).
A fines de 1991 Qatar y Bahrain se vieron nuevamente enfrentados, esta vez por la posesión de la Isla Hawar y, particularmente, los subsuelos de Dibval y Qitat, potencialmente ricos en petróleo.
En junio de 1995, el príncipe heredero Hamad ibn Khalifah al-Thani derrocó a su padre, se convirtió en emir de Qatar y prometió intensificar los esfuerzos para resolver las disputas territoriales con Arabia Saudita y Bahrain.
Una iniciativa personal del emir creó en 1996 la cadena televisiva Al-Jazeera; fue un éxito inmediato de audiencia en los países del Cercano Oriente por su sesgo pro-árabe y pro-musulmán, y por la difusión de hechos ignorados por las grandes cadenas occidentales y las amordazadas televisiones estatales.
En 1997, Qatar congeló sus relaciones con Israel pero, como parte del proceso de paz, ofreció su capital como sede de la Conferencia Económica de Medio Oriente y de África del Norte, a realizarse en noviembre. En octubre el jeque Abdullah ibn Khalifa al-Thani fue designado primer ministro, cargo ocupado hasta entonces por el emir Hamad.
En noviembre de 1998 se dio a conocer un proyecto de reforma constitucional que preveía la creación de un Parlamento electo por voto directo. En las elecciones de marzo de 1999 se permitió, por primera vez, el voto a las mujeres. Ninguna de las seis candidatas a cargos locales resultó electa.
El emir estimuló la crítica a la actitud estadounidense respecto a Irak y medió en la querella de los Emiratos Árabes Unidos, que reprochaban a Arabia Saudita y otros países del CCG el progreso de sus relaciones con Irán mientras ellos mantenían disputas territoriales con ese país.
Los responsables de un intento de golpe de Estado de 1996 fueron condenados a cadena perpetua en febrero de 2000. Entre ellos se encontraba el primo del emir, el jeque Hamad ibn Jassem al-Thani.
En marzo de 2001 Qatar solucionó sus problemas fronterizos con Bahrain y Arabia Saudita. La Corte Internacional de Justicia de la Haya dio a Bahrain la posesión de las islas Hawar y a Qatar la ciudad de Zubarah. Arabia Saudita y Qatar firmaron un acuerdo que delimitaba su frontera de 60 km de mar y tierra.
La Corte de Apelaciones impuso en mayo de 2001 condenas a muerte para Hamad Ibn Jassem al-Thani y otros 18 acusados del intento de golpe de 1995. Qatar llevaba una década sin aplicar penas de muerte.
Durante el bombardeo estadounidense a Afganistán en 2002, mientras Estados Unidos instalaba en Qatar su mayor centro de operaciones del Golfo, Al-Jazeera era, la única cadena autorizada por el talibán para emitir en las zonas bajo su control, y divulgaba mensajes de propaganda y amenaza del propio Osama bin Laden.
Si bien la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), celebrada en Doha el 5 de marzo de 2003, condenó la inminente invasión a Irak, el emir permitió que Estados Unidos utilizara su base militar en Qatar como centro neurálgico de ataque. Al-Jazeera, mientras tanto, denunciaba la invasión y difundía grabaciones del presidente iraquí Saddam Hussein –en paradero desconocido– llamando a la resistencia.
La nueva Constitución fue aprobada el 29 de abril de 2003, con el 96% de los votos. Las reformas, menores de lo esperado, no creaban un Parlamento sino un nuevo Majlis al-Shura (Asamblea Consultiva). Se garantizaba a las mujeres derecho al voto y a cargos públicos, y a los ciudadanos libertades de información y culto religioso, pero los partidos políticos siguieron prohibidos.
En febrero de 2004 el ex presidente y líder separatista checheno Zelimkhan Yanderbiyev murió en una explosión en Doha, donde vivía hacía tres años. Qatar acusó a los servicios secretos de Rusia, que habían pedido su extradición. Moscú negó las acusaciones.
Más de 12 personas resultaron heridas y un ciudadano británico murió a raíz de un ataque suicida con coche bomba en marzo de 2005 en Doha. El ministerio del Interior identificó al atacante como Abdullah Ahmad Ali, de nacionalidad egipcia, pero no mencionó a la organización responsable del atentado.
En junio de 2005 entró en vigor la nueva Constitución.
En abril de 2006 se anunció que las primeras elecciones legislativas en la historia del emirato –para elegir a los integrantes de la Asamblea Consultiva– se celebrarían a comienzos de 2007. Al hacer el anuncio, el ministro de Relaciones Exteriores, jeque Hamad Bin Jassem Bin Jabr Al-Thani, aprovechó la ocasión para criticar a Washington por intentar «imponer» la democracia en Medio Oriente.
Hamad Bin Jassem Bin Jabr Al-Thani fue designado primer ministro, en abril de 2007, sustituyendo a Abdullah ibn Khalifa al-Thani. El nuveo premier era considerado la figura política más fuerte del gobierno.
Capital: Doha (Ad-Dawhah) 650.700 hab. (2011). Otras ciudades: Al-Rayyan 208.000 hab.; Al-Wakrah 28.900 hab.; Umm Salal 22.100 (2011).
Gobierno: Monarquía hereditaria. jeque Hamad ibn Khalifah al-Thani, emir desde junio de 1995; jeque Abdullah ibn Khalifa al-Thani, primer ministro desde octubre de 1996. Hay un Consejo Consultivo de 45 miembros, 30 elegidos por sufragio universal con un mandato de cuatro años y el resto nombrados por el emir. La Ley islámica es la base de la legislación en el Estado.
Fiesta nacional: 3 de setiembre, Día de la Independencia (1971).
Fuerzas armadas: 12.400 efectivos (2002).
Población: 857.492 personas
Superficie terrestre: 11.000 Km2
Capital: Doha (Ad-Dawhah)
Moneda: Riyal de Qatar
Idioma: Árabe
Pueblo: la población autóctona, de origen árabe, es minoritaria en relación al total, representa el 20%. Los árabes como grupo étnico, sin embargo, son mayoría gracias a la inmigración: 25% del total son palestinos, egipcios y yemenitas. El 55% restante está formado por inmigrantes pakistaníes, iraníes e indios orientales y otros.
Religión: islámica (oficial y predominante). La mayoría es sunnita; los inmigrantes iraníes son predominantemente chiítas. Hay también minorías cristianas e hinduístas.
Idiomas: árabe (oficial y predominante). Los inmigrantes pakistaníes hablan urdu y los iraníes farsi. El inglés es usado como lengua comercial.
Principales partidos políticos: no hay partidos políticos organizados.
El territorio lo constituye la península de Qatar, en la costa oriental de la Península Arábiga, sobre el Golfo. De clima seco desértico, su relieve es llano. Sólo en la franja costera es posible cierta explotación agrícola. El principal recurso del país son sus fabulosos yacimientos de hidrocarburos, sobre su costa occidental.
Historia
Al igual que la vecina isla de Bahrain, la península de Qatar participó desde la antigüedad en el activo comercio del golfo entre Mesopotamia y la India. Islamizada en el siglo VII d.C. (ver historia de Arabia Saudita), en la época del califato de Bagdad Qatar ya había obtenido su autonomía, que mantuvo hasta 1076, cuando fue conquistada por el emir de Bahrain. A partir del siglo XVI, tras una breve ocupación portuguesa, el país vivió una etapa de gran prosperidad debida al desarrollo de la pesca de perlas, que atrajo a varias tribus procedentes de Arabia. Instaladas en las costas, bajo la jefatura de la familia Al-Thani, éstas consiguieron unificar políticamente el país en el siglo XVIII, aunque como tributario de Bahrain. El proceso de independencia, iniciado en 1851 por el shaij (jeque) Mohamed y su hijo Jassim, culminó en 1868 con la mediación inglesa, que obtuvo de los Al-Thani la renuncia a la guerra a cambio de garantizar su integridad territorial.
Los sultanes turcos –soberanos nominales de la península árabe desde el siglo XVI–, temiendo la penetración británica, nombraron al shaij reinante (Jassim Al-Thani) gobernador de la «provincia» de Qatar y, con ese pretexto, instalaron una pequeña guarnición militar en Dawhah (Doha). Ni Qatar ni Inglaterra se preocuparon mucho con esa formal afirmación de soberanía: la guarnición se mantuvo hasta la Primera Guerra Mundial, sin afectar la influencia británica en la región.
En 1930 el precio internacional de las perlas descendió, cuando los japoneses inundaron el mercado mundial con las de cultivo, mucho más baratas. Esto obligó al gobierno del shaij Abdullah a vender los derechos de prospección y explotación de petróleo en todo el país y sus aguas territoriales, durante 75 años, por 400 mil libras. La Anglo-Iranian Oil Co. encontró petróleo en 1939, pero la producción recién comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, atrayendo a otras compañías que compraron partes de la concesión original. El jeque Ahmad ibn Alí al-Thani logró para su cuenta personal, por concepto de rentas petroleras y aduaneras, unos 15 millones de libras.
Al poco tiempo Ahmad fue derrocado por su propia familia, que impuso como nuevo monarca a su primo Khalifa, encomendándole «remover los elementos que se oponen al progreso y la modernización».
El jeque Khalifa creó un Consejo de Ministros y un Consejo Asesor para compartir la responsabilidad de su poder absoluto y prometió justicia social y estabilidad. Redistribuyendo la renta petrolera, suprimió los impuestos y estableció la gratuidad de la atención médica y la enseñanza. Su mayor logro fue la subvención y promoción de actividades productivas no petroleras, expresadas simbólicamente en una primera exportación de tomates al iniciar su mandato.
Para reducir la dependencia de un solo producto, se impulsó además la pesca, se aceleró la industrialización y se aprovechó la posición estratégica para brindar servicios comerciales y financieros a la región. Además, gran parte de los excedentes financieros se invirtieron en Europa y EE.UU. En 1980 se estimaba que los ingresos provenientes de esta «exportación de capital» igualarían a los obtenidos del crudo. Se buscaba con ello asegurar el futuro de Qatar cuando el petróleo se agotara.
En 1972 se creó una empresa petrolera estatal, la Qatar Petroleum Producing Authority (QPPA) y en febrero de 1977 se completó la expropiación de las instalaciones petroleras extranjeras.
La expansión económica requirió una intensa inmigración de técnicos y trabajadores extranjeros (europeos y estadounidenses los primeros; iraníes, pakistaníes, indios orientales y palestinos los segundos). Se estima que alrededor de 60% de la población activa total es extranjera. Para evitar una transformación profunda de la cultura local, el gobierno promovió con preferencia la inmigración desde países árabes.
Desde 1981, junto con Bahrain, Kuwait, Omán, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, Qatar forma parte del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que coordina las actividades del área en materia política, económica, social, cultural y militar.
En 1982, siguiendo los lineamientos de la OPEP, el país redujo su producción petrolera en un 25%, con lo que disminuyeron las exportaciones y se frenó la expansión industrial. No obstante, Qatar poseía una fábrica de acero en el centro industrial de Umm Said, que a comienzos de la década producía más de 450 mil toneladas por año, así como una planta procesadora de gas líquido. El gobierno también decidió continuar con un proyecto –de 6 mil millones de dólares de inversión– para la obtención de gas con fines energéticos y de desalinización.
En abril de 1986 estalló un conflicto entre Bahrain y Qatar por la isla artificial de Fasht ad-Dibal. El CCG debió mediar para su solución. Decenas de militares franceses fueron reclutados y bajo el uniforme de Qatar participan desde entonces de la defensa del emirato. En noviembre de 1987 el gobierno restableció las relaciones diplomáticas con Egipto, que se habían roto cuando ese país firmara los Acuerdos de Camp David con Israel.
En marzo de 1991, tras la invasión iraquí a Kuwait, el CCG suspendió la ayuda a Jordania y a la OLP. Ese mes, Egipto, Siria y los seis estados árabes miembros del CCG firmaron en Arabia Saudita un acuerdo con Estados Unidos que proyectaba una estrategia militar común, mecanismos para evitar la proliferación de armas, la aceptación de un territorio de paz por parte de Israel, y un nuevo programa económico de desarrollo para la región.
En setiembre de 1991 Qatar inauguró el yacimiento de gas natural offshore de North Field. Se convirtió así en gran productor de esa fuente de energía, con unas reservas estimadas en 10 billones de metros cúbicos (5% del total mundial).
A fines de 1991 Qatar y Bahrain se vieron nuevamente enfrentados, esta vez por la posesión de la Isla Hawar y, particularmente, los subsuelos de Dibval y Qitat, potencialmente ricos en petróleo.
En junio de 1995, el príncipe heredero Hamad ibn Khalifah al-Thani derrocó a su padre, se convirtió en emir de Qatar y prometió intensificar los esfuerzos para resolver las disputas territoriales con Arabia Saudita y Bahrain.
Una iniciativa personal del emir creó en 1996 la cadena televisiva Al-Jazeera; fue un éxito inmediato de audiencia en los países del Cercano Oriente por su sesgo pro-árabe y pro-musulmán, y por la difusión de hechos ignorados por las grandes cadenas occidentales y las amordazadas televisiones estatales.
En 1997, Qatar congeló sus relaciones con Israel pero, como parte del proceso de paz, ofreció su capital como sede de la Conferencia Económica de Medio Oriente y de África del Norte, a realizarse en noviembre. En octubre el jeque Abdullah ibn Khalifa al-Thani fue designado primer ministro, cargo ocupado hasta entonces por el emir Hamad.
En noviembre de 1998 se dio a conocer un proyecto de reforma constitucional que preveía la creación de un Parlamento electo por voto directo. En las elecciones de marzo de 1999 se permitió, por primera vez, el voto a las mujeres. Ninguna de las seis candidatas a cargos locales resultó electa.
El emir estimuló la crítica a la actitud estadounidense respecto a Irak y medió en la querella de los Emiratos Árabes Unidos, que reprochaban a Arabia Saudita y otros países del CCG el progreso de sus relaciones con Irán mientras ellos mantenían disputas territoriales con ese país.
Los responsables de un intento de golpe de Estado de 1996 fueron condenados a cadena perpetua en febrero de 2000. Entre ellos se encontraba el primo del emir, el jeque Hamad ibn Jassem al-Thani.
En marzo de 2001 Qatar solucionó sus problemas fronterizos con Bahrain y Arabia Saudita. La Corte Internacional de Justicia de la Haya dio a Bahrain la posesión de las islas Hawar y a Qatar la ciudad de Zubarah. Arabia Saudita y Qatar firmaron un acuerdo que delimitaba su frontera de 60 km de mar y tierra.
La Corte de Apelaciones impuso en mayo de 2001 condenas a muerte para Hamad Ibn Jassem al-Thani y otros 18 acusados del intento de golpe de 1995. Qatar llevaba una década sin aplicar penas de muerte.
Durante el bombardeo estadounidense a Afganistán en 2002, mientras Estados Unidos instalaba en Qatar su mayor centro de operaciones del Golfo, Al-Jazeera era, la única cadena autorizada por el talibán para emitir en las zonas bajo su control, y divulgaba mensajes de propaganda y amenaza del propio Osama bin Laden.
Si bien la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), celebrada en Doha el 5 de marzo de 2003, condenó la inminente invasión a Irak, el emir permitió que Estados Unidos utilizara su base militar en Qatar como centro neurálgico de ataque. Al-Jazeera, mientras tanto, denunciaba la invasión y difundía grabaciones del presidente iraquí Saddam Hussein –en paradero desconocido– llamando a la resistencia.
La nueva Constitución fue aprobada el 29 de abril de 2003, con el 96% de los votos. Las reformas, menores de lo esperado, no creaban un Parlamento sino un nuevo Majlis al-Shura (Asamblea Consultiva). Se garantizaba a las mujeres derecho al voto y a cargos públicos, y a los ciudadanos libertades de información y culto religioso, pero los partidos políticos siguieron prohibidos.
En febrero de 2004 el ex presidente y líder separatista checheno Zelimkhan Yanderbiyev murió en una explosión en Doha, donde vivía hacía tres años. Qatar acusó a los servicios secretos de Rusia, que habían pedido su extradición. Moscú negó las acusaciones.
Más de 12 personas resultaron heridas y un ciudadano británico murió a raíz de un ataque suicida con coche bomba en marzo de 2005 en Doha. El ministerio del Interior identificó al atacante como Abdullah Ahmad Ali, de nacionalidad egipcia, pero no mencionó a la organización responsable del atentado.
En junio de 2005 entró en vigor la nueva Constitución.
En abril de 2006 se anunció que las primeras elecciones legislativas en la historia del emirato –para elegir a los integrantes de la Asamblea Consultiva– se celebrarían a comienzos de 2007. Al hacer el anuncio, el ministro de Relaciones Exteriores, jeque Hamad Bin Jassem Bin Jabr Al-Thani, aprovechó la ocasión para criticar a Washington por intentar «imponer» la democracia en Medio Oriente.
Hamad Bin Jassem Bin Jabr Al-Thani fue designado primer ministro, en abril de 2007, sustituyendo a Abdullah ibn Khalifa al-Thani. El nuveo premier era considerado la figura política más fuerte del gobierno.