HISTORIA, POBLACIÓN Y CULTURA DE JUTIAPA (GUATEMALA)


Historia, población y cultura de Jutiapa
El 19 de febrero de 1936, Francisco Amado, Jefe Político del departamento de Jutiapa, rindió su informe a la Secretaría de Gobernación dando cuenta de la marcha administrativa de la jurisdicción a su cargo. Entre otras cosas, el señor Amado hacía constar que en su visita ordinaria a estos municipios localizaron 9 monolitos de piedra labrada y se ordenó su traslado a la capital, con destino al Museo Nacional. También encontraron piezas de cerámica que fueron remitidas a la Secretaría de Educación.

El sitio descrito por el funcionario de la época, corresponde a un asentamiento del período Clásico, compuesto de una pirámide central y una plaza, de acuerdo a la explicación de los arqueólogos que lo han conocido.

Según los registros del Instituto de Antropología e Historia, el asentamiento está orientado al aprovechamiento de los ríos de la región, como el Paz, el Margarita y sus afluentes. Estos ríos forman un conjunto con el Canal de Chiquimulilla que permitía la navegación en las áreas costeras del Pacífico, lo que posibilitaba el aprovechamiento de la biodiversidad terrestre y acuática.

Por otro lado, el lugar llamado La Nueva es uno de los numerosos sitios arqueológicos que se ubican en Jutiapa y que dan cuenta de una ocupación nutrida del territorio, aunque en concentraciones urbanas de pequeña y mediana extensión. Se trataba de sociedades en desarrollo que sufrieron la conmoción de la conquista española y cuyos restos podemos apreciar ahora.

Los mayores conglomerados urbanos eran los de Mictlán, en la actual Asunción Mita, y Paxá, hoy Pasaco. También se encuentran sitios arqueológicos en Agua Blanca (Papalhuapa), Comapa (Comapa y Las Pilas), El Progreso (Palo Amontonado), Moyuta, Los Bordos, Montaña Verde y Pasaco (Potrerillos).


¿Cuáles eran estas sociedades originarias?
Los especialistas no se ponen de acuerdo. Se sabe que hacia el norte, en las colindancias con Chiquimula, se hablaba el Chortís. Hacia el sur era una región pipil, de ascendencia mexicana. En Conguaco, Jalpatagua y otros lugares se hablaba el populuca. Y hacia el actual departamento de Santa Rosa, los pueblos eran de origen xinca, filiación étnica hoy prácticamente desaparecida.

En 1852, se creó en definitiva el departamento de Jutiapa. Pero su integración no quedó como lo es en la actualidad. Las recomposiciones siguieron dándose con el transcurso de los años. En 1853 se anexaron a Jutiapa, Asunción Mita, Santa Catarina Mita y los valles de Agua Blanca y El Espinal. Un año después se incorporó Azacualpa.

En tiempos de la Reforma Liberal, en 1873, Jalapa pasó a formar un departamento diferente, con lo cual se redujo considerablemente el territorio de Jutiapa. Los liberales tenían como dogma la búsqueda del progreso de los pueblos, la geografía guatemalteca da cuenta de ello.

En Jutiapa, en 1882, el poblado de El Sitio pasó a denominarse El Adelanto y se convirtió en municipio. En 1886, en la misma dirección, El Progreso alcanzó también la categoría de municipio, lo que dio lugar a que los jutiapanecos y jutiapanecas, muy pomposa y burlonamente proclamaron ser el departamento más progresista y adelantado del país.

Muestra de que la época estaba para la “modernización” positivista son los nombres de algunos lugares que dieron lugar a otros menos “pueblerinos”. Véase, por ejemplo, el caso de Chingo Arriba, Chingo Abajo y Hueviapa, que cambiaron sus nombres respectivamente por los más occidentalizados de Esmeralda, Jerez y Miramar.

Muchos años después, siempre con gobiernos liberales, en la década de los treintas, la aldea El Conejo, de El Progreso, cambió su nombre por el de Las Flores; el municipio de Azacualpa, pasó a ser San José Acatempa; Los Matasanos, llegó a denominarse Betania; y La Burrera pasó a ser Nueva Esperanza.

En el extremo suroriental del país, en donde la cordillera volcánica termina su recorrido por tierras guatemaltecas, se estira entre los montes y el mar, el departamento de Jutiapa. Su posición, apretada contra la línea de levante, le otorga el privilegio de recibir al sol naciente; por eso es llamado: “la cuna del Sol”.

La cadena orográfica del sur de Guatemala, la cordillera volcánica, que se extiende a todo lo ancho, forma un monumental espinazo de conos. Es un verdadero eje de fuego. Pero es en Jutiapa en donde la preeminencia de la condición volcánica se manifiesta con excepcional vigor y agradable diversidad. Ahí, los conos volcánicos no sólo se encuentran por montones; están, también, asociados a multitud de lagunas y lagunetas.

Los orígenes de esta superficie deben buscarse en tiempos remotos, entre 3 y 8 millones de años, durante los períodos que los geólogos llaman Mioceno y Plioceno, de la época Terciaria, y otra parte en tiempos más recientes, de menos de dos millones de años, durante la época Cuaternaria. El potente vulcanismo de las edades Terciarias se distingue, ahora, por la intensa erosión del terreno.

El poderoso vulcanismo no sólo formó edificios volcánicos, también despedazó muchos de ellos. Esto, debido a que el fragor fue de inusitada intensidad, porque hubo explosiones catastróficas que hicieron reventar cierto número de conos y hasta la superficie misma del suelo. De esa manera, los campos se llenaron de cráteres explosivos y de grandes depresiones circulares que los geógrafos llaman calderas. Paulatinamente, muchas de estas oquedades capturaron significativas cantidades de agua, formando así lagos, lagunas y lagunetas.

En nuestros días, el paisaje de Jutiapa resulta particular. Debido a que forma el final guatemalteco de la cordillera volcánica, que desciende del poniente a la parte oriental. Sus tierras se ubican a altitudes medias entre 500 y 900 metros, mientras que en el extremo opuesto lo están entre 2,000 y 3,700. Los escenarios están plagados de pequeños conos alineados, de montes cónicos, de cráteres y calderas de filiación volcánica.


Iglesia de Jutiapa. Mestizaje cultural
Quizá este largo recorrido nos haya develado una tendencia de los gobiernos liberales: parecerse más a los países considerados “civilizados”. De esta manera, en el intento por borrar su pasado prehispánico el resultado fue un mestizaje cultural de sorprendente riqueza. Cabe mencionar que algunas poblaciones presentan enclaves de descendencia hispana “pura”, lo cual añade más variedad cultural a la sociedad jutiapaneca.

Nuevos poblados
Una vez realizada la conquista, los vencedores ibéricos reorganizaron a la población dominada. Los asentamientos prehispánicos dieron lugar a nuevos poblados. El obispo Cortés y Larraz, en su viaje al reino de Guatemala hacia el tercer cuarto del siglo XVIII, nos presenta la organización administrativa de la diócesis guatemalteca en aquellos tiempos.

Conguaco era cabecera de una jurisdicción que comprendía Ysulca, Moyuta, Pasaco y Jalpatagua. Cortés y Larraz encontró pueblos indígenas que hablaban populuca, pero que también entendían el español. Por lo visto, el proceso del mestizaje se hallaba desarrollado en la región. Igual cosa sucedía en la parroquia de Jutiapa, que tenía tres pueblos anexos: Yupilteque, Atescatempa y Comapa; en donde se hablaba el xinca y también el español.

En la primera época del régimen colonial, los poblados que hoy corresponden a Jutiapa pertenecían al corregimiento de Chiquimula de la Sierra. Más tarde pasaron a integrar el de Mita, jurisdicción que se mantuvo hasta después de la Independencia. En 1848, Mita se dividió en tres distritos: Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa, medida que fue reconsiderada dos años más tarde y sus poblaciones pasaron a depender de Chiquimula y Escuintla.

Destinos turísticos
Dentro de buen número de conocidos destinos turísticos se encuentran los siguientes:

Lago de Güija. El mayor de los lagos orientales. Su espejo de agua se halla, figuradamente, roto por la línea fronteriza que separa a las Repúblicas de Guatemala y El Salvador. Todo el ambiente que lo rodea es caluroso y muy seco, por lo que el lago representa una fresca posibilidad de nadar, bañarse, pasear a sus orillas, pescar, o bien, organizar un delicioso almuerzo campestre.

Laguna de Atescatempa. Es dueña de una extraña hermosura. Muchas personas, locales y foráneas, se sienten particularmente atraídas por la ascensión del volcán Las Víboras, que se empina al cielo desde sus orillas. Casi resulta innecesario decir que el paisaje que se tiene desde la cima es extraordinario. No obstante, sí es importante pensar en el papel que han de cumplir las frescas aguas de la laguna después de haber dominado las alturas del volcán.

Playas marinas. Jutiapa es poco conocido por sus playas marinas. Esto, no obstante, parece ser una irónica jugarreta del destino, porque el mar frente a sus costas es apacible como pocos. Tomando por nombre el de los lugares ahí situados, las más hermosas son Barra del Jiote, El Limón, Barra de La Gabina, La Barrita y Cojoyera. El relativo aislamiento de estas playas es uno de sus más poderosos atractivos. Si a ello se suma la ligereza del mar, lo extenso de los litorales y la suavidad de la arena, se estará frente a una copia del paraíso.

Volcanes. El Culma, situado justo a la par de la ciudad de Jutiapa, es el más pequeño de los volcanes del país. El de Las Víboras, se mantiene apretujando a la laguna de Atescatempa. El Chingo está partido en dos por la línea limítrofe entre Guatemala y El Salvador; sin embargo, es un paseo muy querido por la gente de sus alrededores. El Ixtepeque está hecho casi completamente de esa vidriosa roca llamada obsidiana. El Suchitán mantiene un casquete boscoso tan peculiar, que mucha gente desea convertirlo en área protegida. Y El Moyuta despide a la cordillera en su camino hacia el mar... Probablemente el andinismo sea la actividad que con más vehemencia dirige su atención a este departamento.

Cueva de Anda Mirá, balneario. Este paraje combina la existencia de una gruta, a cuya boca se ha construido una pequeña piscina. El agua, cristalina como pocas, procede del interior de la cueva, razón por la que resulta notoriamente fresca. Es frecuentado por turistas nacionales y extranjeros, para quienes darse un refrescante baño completa una jornada de paseos, aventuras y andanzas de exploración rodeados de una naturaleza agradable.

Recursos turisticos

Fiestas patronales
• En este departamento las celebraciones inician con el mes de Enero en la fecha 6 día de Los Santos Reyes en Agua Blanca.

• Febrero hay tres celebraciones: el 4 con el día de la Virgen de la Piedad en San José Acatempa, luego el 11 el día de la Virgen de Lourdes en El Progreso, y por último el 18 con el día de San Simón en Zapotitlán.

• Marzo hay tres celebraciones: una el 5 con el día de San Nicolás Talaneto en Jerez, luego el 14 con el día de San Juan Bautista en Moyuta y por último el 19 con el día de Pratiarca San José Obrero en El Adelanto.

• El 30 de julio se celebra el día de San Cristóbal en Comapa y en Jutiapa.

• El 15 de agosto se celebra el día de la Virgen de la Asunción en Asunción Mita.

• En Octubre hay dos celebraciones una el 4 con el día de San Francisco de Asis en Pasaco y el 18 con el día de San Lucas Evangelística en Yupiltepeque.

• En Noviembre hay tres celebraciones una el 5 con el día de San Nicoles en Atescatempa, otra el 25 con el día de Santa Catarina de Alejandría en Quesada y Santa Catarina Mita.

• En Diciembre hay dos celebraciones el 8 con el día de la Virgen de la Inmaculada Concepción en Conguaco y el 21 con el día de Santo Tomas Apostol en Jalpatagua.

Música
Se trata de un baile y conjunto musical que consiste en que en un cuarto arreglado para el efecto, se coloca un conjunto de cuerdas, entre ellas: violín, guitarras, guitarrilla, a veces acordeón y en otras regiones sólo marimba sencilla, con cuyas ejecuciones musicales de la época o esporádicos sones tradicionales, las parejas bailan.

Gastronomía
Los antepasados Los Xincas, eran personas muy humildes y sencillas que vivían en casas construidas de sacate y bajareque, las familias más lujosas usaban cotones de manta hasta la pantorrilla, caites de cuero crudo, vivían de la pesca y la casería.

Su producción agrícola es variada, se cultiva maíz, frijol, maicillo, lenteja, caña de azúcar, tabaco, arroz, papa, yuca, ajonjolí, cebolla, henequén, maguey, chile, café, algodón, y diversidad de frutas.
El cotón y el tamal de viaje eran componentes de cultura Xinca, entre sus hábitos más comunes encontramos que se levantaban a las cuatro de la mañana y dejaban de trabajar a las cinco de la tarde, antes de que llegara la hora de la oración. El tamal de viaje no solo era comida, sino que era uno de los compañeros de viaje de los Xincas. Entre cuyos ingredientes rituales estaba la ceniza como un símbolo de la vida y la muerte.

Quien visita Jutiapa, no puede regresar sin haber probado las quesadillas, una de las tradiciones culinarias propias del lugar, que consiste en una especie de marquesote elaborado con harina de arroz, queso crema y requesón, todos productos propios de la región.


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