Budismo y Cristianismo
El budismo y el cristianismo se parecen en algunos aspectos. Por ejemplo, los dos han desaparecido casi completamente de los lugares en los que surgieron.
Hoy en día en los lugares en los que predicó Jesús la población
cristiana es poco numerosa. En la zona de Palestina-Israel, desde 638,
fecha de la toma de Jerusalén por los musulmanes, el islam ha sido la
religión predominante salvo en momentos muy esporádicos como las
cruzadas. Hay en la actualidad muchas iglesias de muy diversas
denominaciones pero muy pocos cristianos.
En Israel algo más del 1% son católicos, algo menos del 1% son
ortodoxos y el 0,2% son protestantes. En Palestina (Cisjordania y Gaza),
el 4% son católicos y el 4% cristianos orientales. La gran mayoría de
la población es judía o musulmana.
También existe un paralelismo en la expansión de ambas religiones.
Fue clave para el budismo que el emperador Asoka adoptara esta religión.
En el cristianismo ocurrió algo parecido con el emperador Constantino.
El cristianismo también es una religión universalista, ya que desde
la predicación de san Pablo no tuvo en cuenta diferencias de clase ni
estatus de ningún tipo, y deseó que su mensaje alcanzase y ayudase a
toda la humanidad, aunque en los primeros momentos del cristianismo hubo
grupos que pensaban que no se podía ser cristiano sin ser judío. El
universalismo cristiano viene de la apertura a los no judíos que,
siguiendo a san Pablo, aceptaron la gran mayoría de cristianos.
En ambos casos existen conexiones históricas entre el poder
político y la religión. Los gobernantes de religiones universalistas
pueden homogeneizar a través de estas a sus súbditos y cohesionar su
poder gracias a la ideología, que es un modo de control menos costoso
que el militar.
Gracias al emperador Asoka, el budismo experimentó una notable
expansión alcanzando la mayor parte del subcontinente indio y llegando a
regiones lejanas. Asoka adoptó la ética budista como principio director
de su reinado y promulgó numerosos edictos que se ponían sobre rocas y
columnas de piedra en diferentes lenguas. Pero también defendió el
respeto mutuo y la tolerancia, ya que consideraba que todas las
religiones contribuían al desarrollo espiritual.
Constantino es fundamental en la historia del cristianismo. En el
año 313 promulgó el edicto de Milán, que otorgaba libertad de culto a
todos los cristianos del imperio. En aquel momento coexistían, además de
la religión tradicional de Roma, otras religiones como la veneración de
Mitra o el judaísmo. Constantino dijo haber tenido una visión de la
cruz antes de la decisiva batalla que le otorgó el control sobre Roma y
atribuyó la victoria a la intercesión de Jesucristo. A partir de este
momento mandó colocar una cruz en las enseñas de su guardia, protegió a
los obispos cristianos y se apoyó en ellos para afianzarse en el poder.
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