Sahara Occidental | Geografía y Historia de Sahara Occidental
Sahara Occidental
Nombre oficial: República Árabe Saharaui Democrática.
Capital: El Aaiún (Laayoune) 280.200 (2019). Otras ciudades: Ad Dakhla 48.200 hab.; Semara 40.100; Bu-Craa 31.800 (2019).
Gobierno: Mohamed Abdel Aziz, presidente de la República desde 1982, secretario general del Frente Polisario y presidente del Consejo Superior de la Revolución; Abdelkader Taleb Oumar, primer ministro desde octubre de 2003. El Consejo Superior de la Revolución es el órgano máximo de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La Asamblea Nacional (parlamento) tiene 101 miembros y actúa como control del ejecutivo. El Frente Polisario se ha comprometido a respetar una democracia multipartidaria una vez lograda la independencia.
Población: 439.681 personas
Superficie terrestre: 266.000 Km2
Capital: El Aaiún
Moneda: Dirham Marroquí
Idioma: Árabe y español
Pueblo: el Frente Polisario calcula que un millón de saharauis se encuentran dispersos. Se trata mayoritariamente de tribus nómadas que se diferencian de los tuaregs y bereberes por su organización social y cultural.
Religión: islámica.
Idiomas: oficiales, árabe y español (segundo). También se habla hassania.
Principales partidos políticos: Frente Popular de Liberación de Saguia al Hamra y Río de Oro (Frente Polisario), fundado el 10 de mayo de 1973 por Mustafá Seyid El-Uali. Su brazo armado, el Ejército Popular de Liberación Saharaui, inició la lucha contra el colonialismo español el 20 de mayo de 1973.
Principales organizaciones sociales: Unión General de trabajadores de Saguia al Hamra y Río de Oro (UGTSARIO) es la central única.
General
País casidesértico, dividido en dos regiones: Saguia al-Hamra y Río de Oro. Posee una de las mayores reservas pesqueras del mundo, pero su principal riqueza es minera. Existen grandes yacimientos de fosfato. Empresas petroleras están interesadas en explorar el territorio y las aguas costeras.
Historia
Desde el siglo V, el extremo occidental del Sahara está poblado por moros, tuaregs y tubus, llegados en movimientos migratorios originados por la desecación milenaria que sufre la zona desde el neolítico. Entre otros rastros, la presencia de los antiguos pobladores se encuentra en las pinturas rupestres del Tassilih. En el siglo VII llegó una nueva ola migratoria del Yemen y hacia el IX apareció la primera confederación de pueblos con base saharaui.
España llegó a la costa sahariana con un motivo estratégico: cubrir el flanco de las Islas Canarias. La colonización prácticamente se limitó a Villa Cisneros (actual Dakhla) hasta 1886. Ese año, como consecuencia de la Conferencia de Berlín (ver recuadro en República del Congo), Madrid resolvió no dejar un «espacio vacío» a otra potencia. Sin embargo, una vez concluido el acuerdo de 1904 con Francia, que estableció las fronteras del Sahara español, se volvió a la situación anterior: las etnias nómadas vivían en total independencia, en un territorio que el colonialismo dividió entre cuatro países ignorados por los pueblos involucrados.
En 1895, el jeque Ma al-Aini fundó la ciudadela de Smara y, hasta 1910, combatió la presencia hispano-francesa con el apoyo del sultán de Marruecos, quien terminó cediendo ante presiones europeas y restó apoyo a los rebeldes, los que extendieron su acción hasta Marruecos e incluso amenazaron Marrakesh. El contraataque galo consistió en una intromisión dentro de territorio «español» y en la conquista de Smara, en 1913, aunque la resistencia continuó hasta 1920.
Los franceses presionaban a España para que aumentara su control del territorio. En el año 1932 se fundó Aaiún. En 1933, la victoria de las fuerzas de Mohamed al Mamún, primo de Ma al-Aini y emir de Adrad, obligó a un cambio de táctica dentro de filas colonialistas. Francia ocupó la base rebelde del oasis de Tindouf; avanzó sobre Argelia, Mauritania y Marruecos, mientras tropas españolas tomaron Smara, imponiéndose sobre los insurrectos en 1934.
Cuando los franceses depusieron al sultán Mohamed V, se creó en Marruecos el Ejército de Liberación Nacional (ALN), cuya División Sur cooperó estrechamente con las poblaciones saharauis. Tras la independencia de Marruecos, en 1956, y con la disolución del ALN-Sur, los saharauis quedaron solos frente a España y a la fuerza aérea francesa, que obligaron al repliegue de la resistencia en 1958.
Comenzó entonces la explotación del fosfato descubierto en Bu-Craa, que ascendía a 10 mil millones de toneladas y era considerado el de mejor calidad del mundo. Capitales trasnacionales, con la anuencia franquista, invirtieron más de 160 millones de dólares, cambiando la fisonomía del país en lo relativo a la distribución de la población. En 1959 El Aaiún tenía 6 mil habitantes y en 1974 alcanzó los 28 mil; el porcentaje de la población nómada bajó del 90% al 16%.
El abandono de la vida nómada debilitó los lazos y relaciones tribales. A pesar de que la administración colonial mantuvo latente la división tribal –reconociendo políticamente a notables y shiuj (jefes de clanes) y especificando en el documento nacional de identidad a qué tribu pertenecía su poseedor–, poco a poco se fue conformando una nueva identidad nacional por encima de las primitivas divisiones.
Los saharauis fundaron el movimiento Al Muslim en 1967, y un año más tarde el Frente de Liberación del Sahara. En 1973, la dirigencia revolucionaria optó por la lucha armada, y se creó el Frente Polisario. Fue conducido por Mustafá Seyid El-Uali, quien luego murió en combate. La guerra y las resoluciones de las Naciones Unidas, favorables a los independentistas, determinaron que el gobierno franquista reconociera el derecho de autodeterminación y organizara un censo previo al referéndum. El censo mostró que había 73.497 saharauis viviendo en el territorio.
En 1974, el Banco Mundial definió a Sahara Occidental como el territorio más rico de todo el Magreb, por contar con el banco pesquero más importante del mundo y por sus reservas de fosfato.
Con un ojo puesto en las riquezas de pesca y fosfato, y otro en las ventajas de unificar una nación en crisis bajo la bandera de una causa exterior, en 1975 el rey Hassan II de Marruecos reclamó su soberanía sobre la zona, pero la Corte Internacional de Justicia de La Haya desoyó sus planteos y prescribió la descolonización. El rey marroquí Hassan II organizó la llamada «Marcha verde» sobre el Sahara, un operativo propagandístico que movilizó a 350 mil marroquíes que cruzaron la frontera, hacia el sur, para presionar una salida en respuesta a la decisión del Tribunal de La Haya. Pocos días después, estos civiles eran remplazados por soldados marroquíes. Con Franco en su lecho de muerte, España firmó un acuerdo secreto que cedía el territorio a Marruecos y Mauritania.
Decenas de miles de saharauis huyeron hacia el desierto, escapando de las fuerzas marroquíes y armando sus propios campos de refugiados. Muchos, como los 25.000 que se reunieron en Guelta Zemur, estaban determinados a permanecer en territorio saharaui, pero fueron bombardeados con napalm por aviones marroquíes. La masacre provocó que los refugiados tuvieran que cruzar cientos de kilómetros de desierto, hasta el pueblo argelino de Tindouf. Ahí, el gobierno argelino cedió control efectivo de una franja de su territorio a Polisario, quien construyó y administró sus propios asentamientos de refugiados.
El 27 de febrero de 1976 los saharauis proclamaron, en Bir Lahlu (un punto del desierto ubicado en Saguia El Hamra, a escasos kilómetros de la frontera con Mauritania), la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Pocas horas antes, en El Aaiún, el último representante de la administración colonial había anunciado oficialmente el fin de la presencia española.
Varios países reconocieron la nueva nación, pero igualmente se desató la guerra con marroquíes y mauritanos. En 1979, Mauritania, al borde de la quiebra, decidió firmar la paz con el Frente Polisario. Las tropas de Hassan, por el contrario, recrudecieron sus ataques, con apoyo francés y estadounidense.
En julio de 1980, en la conferencia cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA) en Freetown, 26 países africanos reconocieron a la RASD como representante legítimo del pueblo saharaui. Cuatro meses más tarde la ONU pidió la retirada de Marruecos del Sahara. Entre 1980 y 1981, 50 países mantenían vínculos diplomáticos con la RASD. En 1981 Marruecos comenzó la construcción de un muro de arena defensivo –conocido como berm– que hoy tiene más de 1.500 kilómetros de largo (más que la Gran Muralla China) y está custodiado por 120 mil soldados y 2 millones de minas.
La RASD fue aceptada en noviembre de 1984 como miembro pleno de la OUA. Marruecos se retiró de la organización, como había anunciado. El 14 de noviembre de 1985 el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas reconoció los derechos a la autodeterminación del pueblo saharaui.
En agosto de 1988, marroquíes y saharauis dieron el visto bueno a un plan de paz elaborado por la ONU y la OUA que decretaba un alto el fuego y la celebración de un referéndum de autodeterminación.
En julio de 1990, en Ginebra, representantes de Marruecos y el Frente Polisario debatieron un código de procedimientos para realizar el referéndum. La dificultad mayor fue definir quiénes serían los votantes. Marruecos quería que su personal en la zona ocupada fuera autorizado a votar.
El 29 de abril de 1991 la ONU aprobó la creación de la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental) y estableció el 6 de setiembre de ese año como fecha para el alto el fuego y el 26 de enero de 1992 para el referéndum.
La MINURSO fue encargada de confeccionar el padrón electoral basándose en el censo de 1974. Esto implicaba que una cantidad indeterminada de saharauis no podrían votar pero, como contrapartida, los inmigrantes marroquíes posteriores a 1976 serían excluidos del referéndum. Los saharauis en edad de votar que se encontraban en campos de refugiados en Argelia serían trasladados desde los campamentos hasta sus poblados de origen.
En enero de 1992 la MINURSO estaba lejos de cumplir el programa de identificación de votantes y el plan de repatriación de saharauis no pudo ser completado. Mientras tanto, permanecían asentados en Sahara Occidental 60 mil soldados marroquíes.
Los asentamientos de refugiados próximos a Tindouf estaban para comienzos de los 1990 bien establecidos y eficientemente administrados por el Polisario, aunque dependían enteramente de la ayuda alimentaria internacional, debido a lo árido de esa parte del desierto.
En marzo de 1997 el Secretario General de ONU, Kofi Annan, designó al ex canciller estadounidense James Baker como su enviado personal a Sahara Occidental, confiándole el relanzamiento del proceso de paz. En setiembre, Marruecos y el Frente Polisario acordaron reactivar el plan de paz para Sahara Occidental, el intercambio de prisioneros y la liberación de presos políticos. La fecha de realización del referéndum quedó establecida para el 7 de diciembre de 1998.
El plan de Naciones Unidas preveía que, de triunfar Marruecos en la votación, la ONU desarmaría a los combatientes saharauis, mientras que, en el caso contrario, supervisaría la retirada de las tropas y de la administración marroquí del Sahara Occidental.
La muerte de rey marroquí Hassan II en julio de 1999 y la asunción de su hijo, Mohammed IV, trajeron enormes cambios políticos en ese país. El Frente Polisario saludó las primeras medidas del nuevo rey y su decisión de llevar adelante el referéndum de autodeterminación para el Sahara Occidental. En noviembre, Mohammed IV anunció su decisión de otorgar autonomía dentro de Marruecos a la zona ocupada.
El Consejo de Seguridad de la ONU suspendió, una vez más, el referéndum previsto para julio de 2000. Marruecos expresó su intención de negociar con el Frente Polisario para concederle cierta autonomía, pero cerró las puertas al referéndum.
Pese a que parecían estar firmemente a favor del referéndum de autodeterminación, Baker y la ONU comenzaron a presionar a los saharauis para que aceptaran cierta autonomía dentro de Marruecos. En 2001, luego del fracaso de varios intentos de negociación en Londres y Berlín, el Frente Polisario rechazó el Acuerdo Marco del Estatuto del Sahara, llamado Plan Baker, que concedía cierta autonomía a la zona pero bajo la soberanía marroquí. Para entonces, el referéndum ya había sido pospuesto 12 veces.
Mohammed VI realizó, en octubre de 2001, su primer viaje por la región de Sahara Occidental. Este viaje coincidió con un acuerdo entre Marruecos y transnacionales petroleras –la francesa Total Fina Elf y la estadounidense Kerr-McGee– para la perforación en la costa de Sahara, donde se cree que existen importantes reservas de petróleo y gas natural. Un fallo legal de la ONU dejó en claro que Marruecos no tenía derecho a realizar acuerdos relativos a un territorio aún no descolonizado. El Polisario acusó a Rabat de firmar los acuerdos en un intento por legitimar su invasión.
En febrero de 2002, Argelia rechazó el Plan Baker y propuso a la ONU que administrara el Sahara Occidental. Kofi Annan planteó cuatro opciones para solucionar el conflicto: continuar con el Plan de Arreglo, que incluye el referéndum de autodeterminación; continuar con el Acuerdo Marco, aunque con ligeras modificaciones; comenzar negociaciones para la partición del territorio y la retirada de la MINURSO.
En Julio de 2002 la Unión Africana (UA, sucesora de la OUA) fue inaugurada formalmente, con la RASD (gobernada por el Polisario en el exilio) entre sus miembros fundadores. En protesta, Marruecos se negó a integrar el organismo.
En enero de 2003, Baker presentó un nuevo plan según el cual Rabat ejercería el control sobre el Sahara Occidental por un período provisorio, al cabo del cual se celebraría un referéndum de autodeterminación, sobre el año 2007 o 2008, en el que participarían los saharauis incluidos en el censo de 1974, más los colonos llegados con la «Marcha Verde» (alrededor de 150 mil). El Polisario aceptó la propuesta –pese a que admitir a una mayoría de colonos marroquíes como votantes implicaba una concesión de su parte– y liberó a 243 prisioneros marroquíes. En cambio, Marruecos se negó a considerarla.
En junio de 2004, Baker dejó el cargo de enviado personal del Secretario General de la ONU para el Sahara Occidental. La decisión fue interpretada como un golpe para los saharauis, ya que Baker representaba su mejor posibilidad de lograr que Estados Unidos presionara a Marruecos para que aceptase un referéndum.
En setiembre de 2004, Sudáfrica reconoció formalmente a la RASD. Dada la importancia de Sudáfrica dentro del continente y de la UA, el reconocimiento –seguido de una visita de la canciller sudafricana Clarice Dlamini Zuma a un campo de refugiados saharauis en Argelia en abril de 2005– fue interpretado como un gran respaldo a la causa de la independencia saharaui. En junio de 2005, Kenia reconoció también a la RASD, mientras en diciembre de ese año Sudán se convirtió en el primer Estado que apoyó formalmente la reivindicación de soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental.
En mayo de 2005, al cumplirse 30 años de la anexión del Sahara occidental por parte de Marruecos, hubo protestas callejeras en las principales ciudades del territorio ocupado, calificadas por los saharauis como una nueva «intifada» contra Rabat. La represión dejó varios detenidos, e incluso aquellos liberados a los pocos días denunciaron haber sido «salvajemente torturados». El 17 de junio se realizó una redada policial en todo Marruecos y el Sahara Occidental, en un intento de frenar las denuncias. En repetidas ocasiones se negó el acceso a delegaciones investigadoras del Parlamento español. Entre el 3 de agosto y el 29 de setiembre, 37 de los detenidos realizaron una huelga de hambre en protesta por el tratamiento recibido, y 14 de ellos tuvieron que ser hospitalizados.
En julio de 2005, el diplomático holandés Peter van Walsum fue designado enviado personal del secretario de la ONU e inició una serie de visitas a la región. En agosto, el Polisario liberó a los 404 prisioneros que aún mantenía en cautiverio, muchos de los cuales habían pasado casi dos décadas en campos de refugiados.
En abril de 2006, la ONU prorrogó una vez más la misión de la MINURSO, pero el informe de Annan sugirió que el organismo estaba por abandonar sus esfuerzos por resolver la situación del Sahara Occidental.
Pese al ambiente pesimista que reinaba en la ONU, durante la primera mitad de 2007 se iniciaron nuevas negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario. En julio, Marruecos se manifestó preparado para negociar «únicamente la autonomía, y nada más que la autonomía».Finalmente, delegaciones de ambas partes se reunieron en Nueva York, en junio. La conversaciones continuarían en agosto «sin condiciones previas», según había pedido el mediador de ONU.
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