Arte Prehitórica de América
Arte Americano
América tiene una de las etapas prehistóricas más cortas, intensas y ricas del mundo. Uno de los testimonio más antiguo que se ha localizado en América está en la Pedra Furada (Brasil), donde, junto a manifestaciones artísticas mucho más recientes se localizó un hogar datado por C14 en 17.000 años de antigüedad junto al que había algunos trazos rojos paralelos que incuestionablemente eran una creación artística muy esquemática, pero intencional.
De hecho, todo parece indicar que las primeras obras de arte americanas tienen ese carácter esquemático no figurativo, extremadamente sencillo. Así ocurre en la Cueva de Clovis (11.5000) (Nuevo México) donde se exhumaron placas de arenisca con incisiones de diferentes motivos geométricos datables en el final del Pleistoceno. Un caso especial es el que ofrecen los yacimientos patagónicos del valle de Río Pinturas, en Argentina. Allí se han localizado dos importantes complejos rupestres de amplia duración cronológica, siendo las fechas más antiguas obtenidas 8.000 años AC. con C14, sin embargo, hay niveles arqueológicos mucho más antiguos (de hasta 14.000 años de antigüedad) en los que se han encontrado pigmentos naturales (óxidos de hierro, cristales de yeso, etc.) que habían sido mezclados con otras sustancias, es decir, habían sido manipulados por el ser humano con el fin de conseguir adherencia a la roca. Estas mezclas, al ser analizadas por el método de la difracción por rayos X, resultaron ser idénticas a las pinturas más antiguas localizadas en la Cueva de las Manos lo que induce a pensar que algunas de ellas podrían ser extremadamente antiguas, es decir, del final del Pleistoceno (más de 13.000 años de antigüedad según el C14). Sin embargo no hay pruebas directas que relacionen los pigmentos hallados en las excavaciones con las pinturas ni se sabe cuáles serían sus motivos o su aspecto.
No obstante, las estaciones patagónicas del Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas (en especial la mencionada Cueva de las manos y el Cerro de los Indios), merecen cierto detenimiento. Sus principales investigadores Grandin y Aschero, creen posible establecer tres etapas en este gran conjunto rupestre: la primera y más antiguo, datado entre el 7.700 AC. y 5.500 AC., se componen de manos y escenas de gran dinamismo con antropomorfos estilizados cazando guanacos. La segunda, datado entre 5 500 a. C. y 1.400 a. C., es un conjunto menos dinámico, pero más colorido, el tema principal siguen siendo las manos, pero también hay numerosos zoomorfos estilizados de colores muy variados (blanco, rojo oscuro, violeta, ocre...) la tercera fase va desde el 1.400 AC. al año 1.000 de nuestra era, es la más pobre, la estilización ha sido sustituida por la esquematización y a las manos se le han sumado diversos motivos geométricos.
Paralelamente al desarrollo de las pinturas patagónicas, el arte rupestre se extiende por toda Sudamérica, siendo importantes ejemplos las pinturas de Toquepala (7.630 AC.), Lauricocha (9.000 AC.) y Chaclaragla (22.000 AC.) (Perú) con representaciones de gran tamaño, al igual de las de la fase esquemática de de Pedra Furada y Ferraz Egreja (11.000 AC.), (Brasil), entre otras más, todas ellas fechadas en el Holoceno.
Respecto a Norteamérica, existe un importante complejo rupestre en la Baja California, la cueva más importante es la de San Borjita (7.500 AC.), con representaciones humanas y animales de tipo esquemático. Otras cuevas de la misma área son la Cueva Pintada del Cañón de Santa teresa, La Cueva de los Venados y la Cueva de la Cañada de la Soledad. Respecto a cuevas con las manos como tema principal, éstas no se reducen a la Patagonia, de hecho están por toda América, por ejemplo, Bajo Río Pecos (5.500 AC.) en Texas (Estados Unidos).
www.megatimes.com.br
www.klimanaturali.org
América tiene una de las etapas prehistóricas más cortas, intensas y ricas del mundo. Uno de los testimonio más antiguo que se ha localizado en América está en la Pedra Furada (Brasil), donde, junto a manifestaciones artísticas mucho más recientes se localizó un hogar datado por C14 en 17.000 años de antigüedad junto al que había algunos trazos rojos paralelos que incuestionablemente eran una creación artística muy esquemática, pero intencional.
De hecho, todo parece indicar que las primeras obras de arte americanas tienen ese carácter esquemático no figurativo, extremadamente sencillo. Así ocurre en la Cueva de Clovis (11.5000) (Nuevo México) donde se exhumaron placas de arenisca con incisiones de diferentes motivos geométricos datables en el final del Pleistoceno. Un caso especial es el que ofrecen los yacimientos patagónicos del valle de Río Pinturas, en Argentina. Allí se han localizado dos importantes complejos rupestres de amplia duración cronológica, siendo las fechas más antiguas obtenidas 8.000 años AC. con C14, sin embargo, hay niveles arqueológicos mucho más antiguos (de hasta 14.000 años de antigüedad) en los que se han encontrado pigmentos naturales (óxidos de hierro, cristales de yeso, etc.) que habían sido mezclados con otras sustancias, es decir, habían sido manipulados por el ser humano con el fin de conseguir adherencia a la roca. Estas mezclas, al ser analizadas por el método de la difracción por rayos X, resultaron ser idénticas a las pinturas más antiguas localizadas en la Cueva de las Manos lo que induce a pensar que algunas de ellas podrían ser extremadamente antiguas, es decir, del final del Pleistoceno (más de 13.000 años de antigüedad según el C14). Sin embargo no hay pruebas directas que relacionen los pigmentos hallados en las excavaciones con las pinturas ni se sabe cuáles serían sus motivos o su aspecto.
No obstante, las estaciones patagónicas del Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas (en especial la mencionada Cueva de las manos y el Cerro de los Indios), merecen cierto detenimiento. Sus principales investigadores Grandin y Aschero, creen posible establecer tres etapas en este gran conjunto rupestre: la primera y más antiguo, datado entre el 7.700 AC. y 5.500 AC., se componen de manos y escenas de gran dinamismo con antropomorfos estilizados cazando guanacos. La segunda, datado entre 5 500 a. C. y 1.400 a. C., es un conjunto menos dinámico, pero más colorido, el tema principal siguen siendo las manos, pero también hay numerosos zoomorfos estilizados de colores muy variados (blanco, rojo oscuro, violeta, ocre...) la tercera fase va desde el 1.400 AC. al año 1.000 de nuestra era, es la más pobre, la estilización ha sido sustituida por la esquematización y a las manos se le han sumado diversos motivos geométricos.
Paralelamente al desarrollo de las pinturas patagónicas, el arte rupestre se extiende por toda Sudamérica, siendo importantes ejemplos las pinturas de Toquepala (7.630 AC.), Lauricocha (9.000 AC.) y Chaclaragla (22.000 AC.) (Perú) con representaciones de gran tamaño, al igual de las de la fase esquemática de de Pedra Furada y Ferraz Egreja (11.000 AC.), (Brasil), entre otras más, todas ellas fechadas en el Holoceno.
Respecto a Norteamérica, existe un importante complejo rupestre en la Baja California, la cueva más importante es la de San Borjita (7.500 AC.), con representaciones humanas y animales de tipo esquemático. Otras cuevas de la misma área son la Cueva Pintada del Cañón de Santa teresa, La Cueva de los Venados y la Cueva de la Cañada de la Soledad. Respecto a cuevas con las manos como tema principal, éstas no se reducen a la Patagonia, de hecho están por toda América, por ejemplo, Bajo Río Pecos (5.500 AC.) en Texas (Estados Unidos).
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