PARQUE NACIONAL CABO DE HORNO
Tesoro natural y cultural en medio de parajes de destacada belleza escénica, etnias ancestrales casi extintas y apasionante historia de navegación, colonización y esforzada vida.
Bellos canales oceánicos que se emplazan entre singulares islas e islotes, los bosques más australes del planeta, como refugio de paz de una asombrosa flora y fauna australes. Entre otros, pingüinos magallánicos y antárticos en su proceso de anidación, cóndor, cisnes coscoroba y liles.
Todo, en un área prístina y zonas ocupadas por una de las culturas indígenas más ancestrales y de gran capacidad de sobrevivencia en paisajes glaciales, archipiélagos de fuertes vientos y, en general, rudas condiciones ambientales.
Característico por su sorprendente vegetación y sus asombrosas aves marinas y especies animales, el Parque Nacional Cabo de Hornos es una extraordinaria reserva protectora de la flora y fauna nativas.
Creado a mediados de la década del cuarenta, el parque nacional además cobija a los pingüinos magallánicos y antárticos en su proceso de anidación en sus 60093 hectáreas, dentro de las cuales además se construyó el monumento para conmemorar los cinco siglos del descubrimiento del continente americano.
Instalado en el Archipiélago Wollaston y el conjunto de islas Hermite, el parque no supera los trescientos metros de altura, salvo los 406 metros sobre el nivel del mar del Cerro Pirámide.
Sus atractivos comprenden una asombrosa flora y fauna australes, las cuales se pueden disfrutar mediante diversas vías de acceso.
Atracciones
Fauna compuesta por especies en peligro de extinción, como el cóndor, cisnes coscoroba y liles. Vegetación de tuberas y desierto frío.
Actividades
Navegación turística, contemplación flora y fauna, fotografía.
Ubicación
Duodécima región, en el Parque Nacional Cabo de Hornos.
