Esteros del Iberá (Reserva Natural)
Ubicado en la provincia de Corrientes, en el noreste de la República Argentina, el ecosistema conocido como Esteros del Iberá debe su nombre a la laguna homónima situada en la zona centro oriental de este inmenso sistema de humedales. La palabra Iberá está formada por dos vocablos de la lengua guaraní: “Δ, agua, que antepuesto a “berá”, brillante, en su traducción al castellano expresa al sitio como “el agua que resplandece o brilla”, nombre que supuestamente le dieron sus originales pobladores guaraníes al observar el brillo chispeante de su superficie. Esta peculiaridad es visible en sus espejos de agua durante la aurora o el anocher, cuando la quietud propia de un sistema cerrado, sin corrientes fluviales, se quiebra con la brisa producida por el cambio de temperatura entre la superficie terrestre circundante y el agua de los esteros o lagunas, provocando un movimiento superficial que refleja con efectos muy particulares la luz solar crepuscular.
En realidad este nombre ha ido evolucionando con el devenir del tiempo, ya que existen registros que identifican originalmente al sitio como Esteros de Cará Cará, debido a que en este lugar vivían los aborígenes emigrados de la Misión de Santa Ana por crímenes cometidos, y se los conocía por “Caracará”, nombre dado también a un ave de rapiña carroñera: el “carancho”.
Hábitat del yacaré, el venado de las Pampas, el ciervo de los pantanos, el lobito de río y el aguará guazú, todas especies reconocidas como monumentos naturales correntinos, los Esteros del Iberá exhibe su amplio territorio como un deslumbrante paraíso ajeno a la agitada civilización.
Constituyendo el área protegida de mayor dimensión en Argentina, siendo una de las reservas de agua dulce más importante del continente y considerándoselo uno de los humedales de vida silvestre más impactante del mundo, los Esteros del Iberá atrae permanentemente hacia sus magníficas particularidades a los apasionados por la naturaleza y la aventura.
Los esteros del Iberá (del guaraní: ý – berá, “agua – brillante”) son una amplia red de arroyos, riachos, pantanos, lagunas y bañados que abarca entre 15 000 y 25 000 km² en la Provincia de Corrientes, en el noreste de la República Argentina.
Gracias a su peculiar geografía y al difícil acceso, la zona cuenta con una rica y variada población animal. La fauna autóctona incluyen numerosas especies amenazadas para las cuales éste es uno de los últimos hábitats remanentes, entre las que se cuentan el ciervo de los pantanos (Blastoceros dichotomous), el venado de las Pampas (Ozotocerus bezoarticus), el carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris), el lobo de crin o aguará guazú (Chrysocyon brachiurus), el yacaré overo (Caiman latirostris) y negro (Caiman yacare), la boa curiyú (Eunectes notaeus) y el lobito de río (Lontra longicaudis), los monos aulladores o carayás (Alouatta carayá), así como una enorme variedad de aves.
La icitiofauna también es muy variada y abundante, sobresaliendo los dorados, armados, surubís, pacús, mojarras, tarariras y palometas. Los yaguaretésparecen haber sido extinguidos en esta zona durante la primera mitad del siglo XX. La exuberante flora local incluye numerosas especies acuáticas como el camalote, y el irupé — que dan lugar al fenómeno de los embalsados, auténticas islas flotantes que complican la geografía de las lagunas— además de extensos pirizales.