MONUMENTO NATURAL YAGUARETE - ARGENTINA

El Leo Onca es el mayor felino de América y el tercero del mundo. Bautizado por los guaraníes con el nombre de yaguareté, que significa "la verdadera fiera", ciertamente es el rey de las selvas tropicales y subtropicales americanas. Sin embargo, es una de las especies en peligro de extinción más amenazadas a nivel nacional. Por esta razón fue declarado Monumento Natural, para resguardar su ambiente natural y perseguir su caza furtiva, los principales factores que atentan contra su conservación.

Su distribución natural se extendía desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta las orillas del río Negro en la Argentina. Hoy en día, sólo se lo puede encontrar en la mitad boreal de la provincia de Misiones, en el norte y este de Salta, este de Jujuy, noreste de Santiago del Estero, noroeste del Chaco y noroeste de Formosa.

De contextura similar al leopardo africano, posee un pelaje con rosetas oscuras que operan como camuflaje para ocultarse en la vegetación y acechar a sus presas. Ágil cazador, puede nadar o caminar grandes distancias en un corto tiempo persiguiendo a corzuelas, pecaríes, jóvenes tapires y pacas, aunque también puede alimentarse de lagartos y serpientes, pequeños roedores y hasta aves menores.

Puede capturar monos y pescar en ríos y arroyos, los cursos de agua que especialmente frecuenta para protegerse del calor y de los insectos. Además, atrapa peces, tortugas y yacarés.

Al yaguareté nada parece detenerlo, ni siquiera las fuertes corrientes del río Iguazú o del Paraná. Se adapta con facilidad, ventaja que le permite vivir tanto en sabanas abiertas como en densas zonas selváticas, regiones anegadas y hasta desérticas.

Solitario y de hábitos nocturnos, no existen estudios que confirmen su conducta para delimitar el territorio. La extensión que necesita aparenta ser variable. Se calcula un ejemplar cada 55 km2 en Iguazú, con una densidad total de 10 a 15 animales aproximadamente. Los machos ocupan más del doble que las hembras y en algunos casos superponen sus hábitats. En general, se estima que un macho adulto puede moverse en 4.000 hectáreas para vivir. En apariencia, suele marcar su territorio mediante rugidos, excrementos o arañazos en los troncos.

Alcanzan la madurez sexual a los dos años y sólo se juntan con las hembras durante la época de celo.

Su único competidor natural importante es el puma, con quien comparte la mayoría de las áreas donde habita y sus conductas depredadoras. Sin embargo, se cree que se dividen el territorio. En algunas regiones, el yaguareté suele tomar las zonas más húmedas y el puma, elegir las más secas.

Se han encontrado rastros de yaguareté a pocos metros de viviendas y campamentos, lo que hace inferir que no le teme a la presencia humana.

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