La Literatura en Bélgica

La Literatura en Bélgica

La Literatura en Bélgica
La literatura belga ha estado desde siempre enclavada en las tradiciones literarias de Francia y los Países Bajos. De hecho, los escritores belgas siempre han tenido que lidiar con las cuestiones del lenguaje, la identidad y la nacionalidad.  

Ejemplos serían los de Charles de Coster, quien en 1867, más de treinta años después de la independencia de Bélgica, publicó La Leyenda de Ulenspiegel, donde aún se trataba el tema de un bufón flamenco que trataba de librarse de la autoridad de un rey español.  

Curiosamente, a pesar de los años, el libro se convirtió en símbolo del regionalismo flamenco. Aunque claro, pocos se percataron de la ironía francesa con la que estaba escrito. Dentro de la literatura belga tenemos que citar el célebre Grupo Surrealista de los Lunes, quienes afirmaban en 1937 que la literatura belga no existía, y que los escritores belgas de habla francesa debían incluirse precisamente en eso, en literatura francesa. 

Fue precisamente la literatura francesa fuera de Francia uno de los grandes temas en esa época de la literatura belga. De hecho, si miráis bien, muchos de los escritores expatriados son belgas. El poeta surrealista, Henri Michaux, viajó hasta África, e incluso adquirió la ciudadanía francesa al final de su vida. Y algo parecido se podría decir de la joven novelista Amelie Nothomb en sus incursiones por Asia. 

Pero si hay algo que sí tenemos que agradecerle con creces a la literatura belga es el mundo del cómic, y el haber dado a luz a uno de los novelistas de misterio más grandes de la literatura universal. Y es que, en el siglo XX, el talento belga parece que se desbordó en las viñetas de los cómics y en las novelas de misterio. Tal vez, en homenaje a ello, el detective más conocido y querido por la fabulosa Agatha Christie, el señor Hércules Poirot, era belga.  

En Bruselas y otras ciudades belgas hay muchos museos dedicados al mundo del cómic, en especial al querido Georges Remi, más conocido por todos como Hergé, creador de Tintín, belga de nacimiento, y a Peyo, el creador de los Pitufos.  

Y dentro de las novelas de misterio, no podemos irnos sin hablar del genial Georges Simenon, quien escribió un total de 76 novelas de misterio, con el sagaz personaje del Comisario Maigret.

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