Guerra Española-Americana
Como resultado de la Guerra Española-Americana, España perdió los últimos restos de su imperio en América y el Pacífico. Los Estados Unidos ganaron nuevos territorios y áreas de influencia y comenzó a convertirse en una potencia mundial.
La Guerra Española-Americana se originó en Cuba lucha para liberarse de España, que se inició en febrero de 1895. El gobierno de Estados Unidos, desde el principio, mostró simpatía por los rebeldes. El 15 de febrero de 1898, el crucero norteamericano Maine explotó, el cual fue enviado al puerto de La Habana para proteger estadounidense con sede en Cuba y sus propiedades, matando a 266 tripulantes. Un tribunal dictaminó que el Maine fue destruido por una mina submarina y los Estados Unidos dio un ultimátum a España para salir de Cuba. España se vio obligado a declarar la guerra a los Estados Unidos el 24 de abril de 1898. La lucha que siguió fue desigual, ya que el ejército y la Armada Española no estaban preparados para enfrentar el poder de Estados Unidos.
En Filipinas, la flota española fue destruida por la abrumadora superioridad del adversario. La flota del Caribe, bajo el mando del almirante Pascual Cervera, amenazada en Santiago de Cuba por el desembarco del ejército de Estados Unidos, se vio obligado a abandonar el puerto. La batalla que siguió fue catastrófica para España. El 17 de julio, Santiago capituló de las tropas estadounidenses, poniendo fin a la guerra. En Asia, la capital de Filipinas fue ocupada por las tropas de Estados Unidos en agosto.
Por el Tratado de París, firmado el 10 de diciembre de 1898, España cedió la soberanía de Cuba y cedió Guam y Puerto Rico a los Estados Unidos, que también tomó el control de las Islas Filipinas, mediante el pago de veinte millones de dólares para España. La Guerra Española-Americana trajo cambios significativos en la historia de ambos antagonistas. España, derrotada, desvió la atención de aventuras coloniales y se concentró en unos graves problemas internos. Los Estados Unidos salió de la guerra transformado en una potencia mundial, con las posesiones de ultramar de gran valor estratégico y un nuevo peso en la política internacional.