Cazadores, Recolectores y Pescadores. 10000- 2000 A.C.

Cazadores, Recolectores y Pescadores. 10000- 2000 A.C.

Cazadores, Recolectores y Pescadores. 10000- 2000 A.C.

La época conocida como el Arcaico se desarrolló aproximadamente entre 11000 y 4000 años antes del presente (9000 y 2000 a.C.) En la etapa más antigua de este período histórico los seres humanos convivieron con la megafauna del Pleistoceno. Algunos de estos animales, ya extintos, fueron los perezosos gigantes (Megatherium americanum), mastodontes o elefantes americanos (Mastodon andium, Cuvieronus sp.), caballos (Parahipparium saldóse, y Equus curvidens), ciervos (Cervus brachyceros), camélidos, como la paleollama, y felinos dientes de sable (Smylodon sp), además de otras especies menores.

Al igual que en las etapa anteriores, estas poblaciones lograron obtener sus medios de vida a partir de una economía de caza, recolección y pesca, adaptándose a diferentes medios geográficos y desplazándose en busca de otros recursos. Posiblemente se trataba de grupos humanos no muy numerosos, igualitarios, con poca o ninguna estratificación social, con división de trabajo por sexo, con una posible preponderancia de cazadores masculinos y mujeres dedicadas a la recolección de alimentos.

La población tenía una gran movilidad y sus refugios eran temporales, cambiando de lugar de acuerdo a las variaciones estacionales del clima.

Poco a poco se fueron consolidando la domesticación de animales y plantas, la horticultura, el pastoreo y las rutas de las caravanas, al mismo tiempo que una parte de la población comenzó a permanecer por temporadas más largas en un mismo lugar y, como consecuencia, los refugios temporales se convirtieron en asentamientos permanentes, aunque el desplazamiento entre diferentes puntos geográficos y zonas ecológicas continuó, convirtiéndose en una de las características de las sociedades de la región centro-Sur andina.

Seguramente la cosmovisión que se desarrolló en esta época estuvo ligada al contexto geográfico y a los elementos que fueron más importantes para la subsistencia, como los camélidos en las zonas altas. La pintura rupestre y los grabados que aparecen en las cuevas muestran la representación de animales junto a seres humanos. En el arte rupestre se ven también manos y rostros humanos esquematizados, además de representaciones geométricas y abstractas como espirales y círculos radiados. Dibujos y grabados en rocas se encuentran tanto en las zonas altas como en los valles y en Tierras Bajas. Aunque no se tienen dataciones precisas sobre la mayor parte del arte rupestre encontrado en Bolivia, se considera que, por el contexto y el tipo de representaciones, muchos de estos grabados y pinturas corresponderían a la época de cazadores, recolectores y pescadores.

A esta etapa pertenecen también gran cantidad de instrumentos, como raederas, raspadores, puntas de proyectil, hachas, cuchillos, y otros. Muchas de estas herramientas han sido encontradas en toda la zona andina. Las armas y herramientas de piedra fueron elaboradas haciendo saltar fragmentos de un trozo grande de piedra por el método de percusión. Esta técnica fue mejorada combinando la técnica de golpe y percusión y añadiendo la de retoque, que permitía el despeje de trozos más finos de la zona afinada, lo que le daba un acabado más cuidadoso. También se fabricaron artefactos de elementos orgánicos que posiblemente no sobrevivieron en la misma proporción que los líricos. 

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