La Revolución de 1952 en Bolivia


La Revolución de 1952 en Bolivia

La Revolución de 1952 en Bolivia

Reseña Histórica
El censo realizado en 1950 mostró que en cincuenta años el país casi había duplicado su población. El sector urbano también experimentó un crecimiento, aunque Bolivia continuaba siendo un país con una mayoría rural. Como consecuencia, más del 70 por ciento de la población se dedicaba a la agricultura y tan sólo una mínima parte a la industria, especialmente a la minería.

Antes de 1952 la agricultura estaba concentrada en manos de los grandes propietarios o terratenientes. El indio dependía totalmente de los hacendados, cultivaba una pequeña parcela de tierra a cambio de salario mínimo o alimentación. La minería, principal fuente de ingresos, estaba en manos de los denominados “barones del estaño”: Simón I. Patiño, Mauricio Hochschild y Carlos Aramayo, por lo que el Estado recibía apenas un mínima parte de las ganancias.

Además, no existía un adecuado sistema de seguridad social, ni un referente legal que rigiera las condiciones de trabajo y explotación en las minas y fábricas. Tampoco existía la infraestructura caminera que permita la articulación de los departamentos del país, sobre todo con el oriente. Las clases sociales estaban bien marcadas, con la clara ausencia de una clase media.

Las consecuencias
A partir de la Revolución Nacional se registró un desplazamiento de clases, en cuanto a las decisiones en el seno del gobierno y en la sociedad en general. La reducida clase dominante que dirigía el país fue sustituida por la “clase media”. La economía semifeudal, controlada por capitales privados, pasó a ser controlada en un 70 por ciento por el Estado. Surgió una nueva burguesía que se dedicó a la intermediación financiera y el comercio importador.

Las principales medidas
Los importantes cambios sociales, políticos y económicos que desencadenó la Revolución se reflejan en cuatro medidas esenciales: la Nacionalización de las Minas, el Voto Universal, la Reforma Educativa y la Reforma Agraria. La Nacionalización de la Minas fue decretada por Víctor Paz Estenssoro el 31 de octubre de 1952. Con esta medida se revirtió al Estado todos los bienes de las tres grandes empresas que pertenecían a los “barones del estaño” y se creó la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) para su administración.

La Reforma Agraria se instauró el 2 de agosto de 1953, cuyo principio fue:”La tierra es de quien la trabaja”. Con este Decreto se incorporó a la población campesina -aproximadamente 2 millones de habitantes- al mercado nacional y se eliminó el sistema de explotación latifundista. Hasta 1951 en las elecciones no votaban ni los analfabetos, ni las mujeres . El Voto Universal concedió el derecho al sufragio a todos los bolivianos mayores de 21 años cualquiera sea su sexo, instrucción, ocupación o renta.

Finalmente el nuevo Código de la Educación, dictado el 20 de enero de 1953, mediante Decreto Supremo determinó modificaciones importantes en la estructura educativa boliviana. Se instauró la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza primaria y se puso énfasis en el sistema escolar campesino con el incremento de núcleos escolares y normales rurales. Además se inició un programa de alfabetización.

La Revolución de 1952, más allá de que pudo haber sido una medida acertada o equivocada, se constituye en un hecho fundamental en la historia de Bolivia, sin el cual se hace difícil comprenderla.

Jacobo Libermann reflexiona acerca de la Revolución del 52
Este es el resultado de una comp¡lación de artículos escritos por el historiador y politólogo Jacobo Libermann, publicados en el periódico “La Razón”. Para Libermann la Revolución de 1952 significó un nuevo rumbo en la sociedad boliviana, que marca la frontera entre el “antes” y el después” en la historia del país. “La revolución desplazó patéticos actores, caducas preminencias, cambió la fisonomía del país, nada sería lo mismo y quedarían atrás, por supuesto transitoriamente, generales, coroneles y doctores de pechera almidonada y de exquisitos modales”

A raíz de que Mamerto Urrulagoitia desconoció el resultado electoral a favor del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y entregó el gobierno al Gral. Hugo Ballivián, los indios y cholos ingresaron al panorama nacional y se alzaron en armas para hacer respetar lo que el pueblo había decidido con su voto en 1951.

El artífice
Para este politólogo, Hernán Siles Zuazo fue un infatigable y brillante jefe de la conspiración que concluyó en la movilización de una revolución multitudinaria. El Dr. Víctor Paz Estenssoro fue el consumador, la pieza cumbre en el proceso de la Revolución Nacional, que después de la victoria del pueblo tuvo que controlar la euforia y encaminar las energías en una dirección constructiva e individual.

La obra
En los últimos 48 años, 20 pertenecen a los gobiernos del MNR, de 1952-1964, 1985- 1989 y 1993-1997, en los cuales se han realizado transformaciones importantes que han cambiado el rumbo del país. Libermann parte de este hecho para reflexionar acerca del avance del país a partir de esa fecha. Sostiene que a pesar de las múltiples transformaciones y planes de desarrollo, Bolivia aún se encuentra sumergida en una rezagada pobreza; sin embargo se hace “inimaginable la escalofriante realidad” que vivía el país antes del cambio de orientación.

“Aquella era la patria de un grupo de privilegiados jugando al espejismo del progreso de la gran minería y los latifundistas beneficiados con mano de obra gratuita”

Sobre las transformaciones
Como consecuencia de esta revolución se introdujeron importantes medidas como la nacionalización de las minas, el voto universal y la Reforma Agraria. Desde el análisis que realiza Libermann todas resultaron positivas, a pesar de las insuficiencias y críticas que sufrieron. “Para su época la nacionalización de las grandes empresas mineras fue una decisión acertada. Con parte de sus recursos se abrieron los caminos y tierra orientales, donde está el futuro”, apunta Libermann.

Añade que la Reforma Agraria con la distribución de tierras y la liquidación de la servidumbre campesina se inscribe entre las mayúsculas medidas libertadoras, que con el pasar del tiempo se convertiría en una barrera contra el extremismo guerrillero. De igual forma, argumenta que con el voto universal millones de seres humanos ocupan su lugar en una sociedad, que no los puede excluir, ignorar o despreciar.

Los errores
¿Se cometieron errores, retrocesos, hubo transfugios políticos de dirigentes y militantes desde 1952?, es la pregunta que se plantea Libermann, a la que él mismo responde: “Todo eso sucedió a lo largo de la vida partidaria sin llegar a la destrucción del MNR. También hubo corrupciones, perfidia, deserciones, ignorancias y toda una serie de hechos que retratan características, estilos y ancestros que salieron a la superficie”

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